20/04/2021
Ayer tarde estaba el cielo especialmente bonito. No hay fuegos artificiales o caleidoscopio que pueda compararse. Despertar la conciencia de todo lo que es un absoluto regalo. Valorarlo como algo único, irrepetible. Nos hace comprender que somos parte de esa naturaleza tan especial. Y que lo mismo que nos puede pasar desapercibida toda la belleza que hay a nuestro alrededor, también podemos ignorar la de nuestro interior. Si esperamos encontrar algo específico, tanto dentro como fuera, ése será el resultado. No ver lo que realmente hay y que supera a lo que buscamos.
Texto e imagen de Maite Márquez Martín
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