04/12/2020
Salir a pasear y encontrar un trofeo hace que se cierren los ojos de felicidad. Enia es feliz, porque hasta una piedra le puede dar esa satisfacción. Y mi satisfacción es verla feliz, disfrutando. Aunque a veces olvida que la llevo agarrada y siento peligrar mi vida en una mala caída. Ajustarnos a quien nos acompaña en el viaje de la vida, sin renunciar, ni hacer que renuncie a algo esencial, es el aprendizaje más importante del camino.
Texto e imagen de Maite Márquez Martín
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