como un canto lejano en voz de otros.
Las noches son llantos estúpidos a tu espalda
por un honor certero.
Tus manos apenan sirven como máscara
o tapadera de un puñal sin nombre.
Puedes refugiarte en otro trago
o en la excusa de que aún eres joven.
Ya hace tiempo que pasaron tus trenes
y nada va a salvarte de la quema.
Reza todo lo que sepas, apréndete
todas las canciones de amor;
el mundo está girando
y ya no cuenta contigo.
Poesía de Diego Solís
Imagen de Pixabay
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