A los cuarenta, dicen
tienes la cara que mereces:
Yo la hice mía antes de la treintena.
Según oigo y tengo entendido
mi cuerpo lleva una semana encerrado en un bloque de apartamentos.
Pobre mamón. Cuentan que dio esquinazo a los buenos propósitos
y ha regresado a la bebida con eficacia sorprendente.
No hay que culparle, cansado de cansarse
arrepentido de arrepentirse como anda.
Lo sorprendí drogándose y bailando solo en el comedor.
Debes comprender, le señalé, que
tu comportamiento no es ni normal ni sano.
Y como me ignoró añadí: ¿Y a mí que me dejarás
en tu testamento?
A ti nada a ti deudas
y vendré desde el más allá a putearte
y dará muy mal rollo, mucho miedo
tú espera y verás.
Poema de Sergi Puertas
Imagen de Pixabay
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