mi boca se desdibuja en la tuya,
tus dedos se deslizan con ternura
y se derrite nuestra alcoba de hielo.
De ti me viene ese luminiscente
frenesí de lascivia, ese desorden
de cama y mente, las buenas razones
del lenguaje primitivo, el de siempre.
Un nudo en el ombligo que comienza
por la captación sensual, que recorre
cada hueco de nuestras habitaciones
de falsos estudiantes*, que tropieza
entre mis piernas, entre tus cajones.
Todo lejos de nuestros corazones.
*cap 1, Rayuela, Julio Cortázar.
Poema de Saray Pavón
Imagen de Pixabay
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