veloz, indiferente, sin que apenas
lleguemos a escuchar en su rugido
el cuerpo pasajero que ahora somos,
así, terrible y santo, nuestro paso
a bordo de palabras sin deriva:
dices amor, gimes la muerte, callas nada,
y en ellas va tu vida y va de vuelo.
Poema de Antonio Praena
Imagen de Pixabay
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