El poeta romántico está condenado
a enamorarse profundamente
de quien más lo rechace.
Con cada verso que escriba
avanzará un peldaño
hacia su propio abismo
y su imprudente entrega.
Cuando toque fondo
se sentará a esperar
aquejado de largos dolores
pero con grandes ideas.
En realidad
el poeta romántico no busca curarse.
Su enfermedad consiste en su modo de vida.
Posdata:
Si lees esto
quiero que sepas
que mereció la pena,
que fue un hermoso suicidio
enamorarme de ti.
Poesía de David Minayo
Imagen de Sylve Colless
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