Palpita tu gran corazón de asfalto,
bordeando tus puertas y ventanas.
Brotando en ti la vida en las mañanas
con gran tropel de pasos al asalto.
Reluces con el sol en lo más alto,
tu rústica belleza nos desgranas.Eres acera vagabunda urbana,
que huyes de tristezas y sobresaltos.
Deambula la luna en sus desvelos
por tus calles de piedra, cal y tejas
y consigues coronarte en sus vuelos,
con la forja barroca de las rejas.
Y con sombras de negros terciopelos,
vestirá por las noches tus callejas.
Poema de María del Carmen Pacheco Sánchez
Imagen de Pixabay
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