DIA X MES X \ BUCLE
INFINITO
Terminar la jornada doméstica digiriendo
una insípida ensalada mientras la televisión
emite sus fantasías a todo volumen,
procurando anestesiar esta desazón cíclica
-mi nombre se repite
en todas las listas de exclusión:
demasiada mala suerte-;
aprovecho la soledad de los fines de semana
para no pensar en lo que [me] destruye
duele no ser como los personajes que saturan
la pantalla, traficantes de falacias con las que
comercian
por una atractiva cifra con muchos ceros,
parásitos alérgicos al trabajo mundano,
duele ser fiel a la
herencia de mis padres
-esta forma de ser es un pasaporte
/ directo al fracaso-
duele la vida
honesta, sin ambiciones.
Se disipa el hambre -qué harta me tiene la dieta-;
me embobo con la programación decadente,
abandono mis neuronas al espectáculo circense
con sus destellos de color y glamour de plástico,
que ya no quiero lamentarme más por la falta
/ de oportunidades,
por la lucha permanente con candidatos más aptos
o porque no me puedo atiborrar de chocolate o whisky,
ignorar a la filosofía, los principios, la desazón,
sorberme las lágrimas y formar parte de la manada
de borregos adictos a la felicidad artificial
hasta la madrugada que anunciará
el retorno al desayuno frugal, a limpieza intensiva con
lejía
de los baños y a estudiar cursos para llenar mil
currículos
que no se leerá nadie.
Poema de Ana Patricia Moya, Periquilla de los palotes
Ilustración de Mario Arévalo
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