De inmediato me puse a buscar todo el material posible que hubiera de ellos y emprendí un viaje musical durante horas. Esta gente te lleva por tantos ritmos, tan bien trabajados, con tanta inventiva y, sobre todo, con tanto espíritu, que enseguida se me vinieron preguntas para intentar conocer un poco a esta banda madrileña. Formados allá por el 2013, visitarán Sevilla el 25 de marzo, y en la Sala Fun Club, andarán unos caminos que los invito a recorrer. No hay desperdicio en lo que dicen, ni en lo que cantan, ni en lo que hacen cuando suenan. Los dejo con una de las entrevistas que más he disfrutado, y con el agradable sabor de boca que siguen pasando cosas buenas en la música española.
La i Crítica – Se dice mucho por ahí que son un grupo con reminiscencias Folk, pero se nota que son una orquesta que trabaja bien los instrumentos (incluida las voces) Con 4 años ya de rodaje ¿se pueden definir dentro de algún estilo?
Club Del Río - Es bastante complicado categorizar nuestra música, incluso para nosotros. Tenemos influencias muy variadas cada uno de los siete componentes. El folk, nos puede identificar de alguna forma por la cualidad humana que hay detrás de las letras de las canciones pero en cuanto a la parte instrumental, las canciones están vivas y nos llevan por derroteros muchas veces inesperados.
Siete instrumentos hacen que un estilo se quede corto. Creo que la postura más inteligente es no definirse y dejarse llevar por la honestidad y el sentimiento que a fin de cuentas, es lo que hace que una canción suene real o de mentirijilla. Los estilos no dejan de crearse. ¿Quién vino antes la música o el estilo? Preferimos esa música ancestral que no entendía de estilos.
LiC – Las comparaciones son odiosas, pero luego de haber oído en bandcamp “Un Sol dentro” (https://clubdelrio.bandcamp.com/album/un-sol-dentro), me suenan más cercanos a labores como las de Dave Matthews Band, con una libertad estilística que no abandona el rock ni la lírica cuidada, y vocalizaciones del estilo de músicos como Eddie Vedder.
C.D.R. - Hay una cosa importante y es lograr que la mezcla de estilos no desvele una intención de imitar. Tiene que haber un sello personal de la banda por mucha mezcla que haya. Nosotros mezclamos pero intentamos que siempre suene nuestro. No caer en la obviedad.
Para algunos de nosotros Eddie Vedder, tanto en Pearl Jam como en sus trabajos en solitario, es una auténtica referencia. A otros les gusta más el latineo. Somos una banda variada y llena de personas que aportan su granito de arena. Nos gusta el desgarro y la actitud subversiva en la música, pero también disfrutamos con lo contemplativo y aéreo, disfrutamos mucho del silencio también.
LiC - ¿Qué podemos esperar en la presentación que realizarán en Sevilla? ¿Es la primera vez con una gira tan amplia?
C.D.R. Es la segunda gira que hacemos fuera de Madrid. La primera fuimos con la gira GPS (girando por salas), por muchos lugares de España. La diferencia es que esta gira está enteramente planeada por nosotros y nuestro Sello (El Volcán Música). Tenemos ganas de salir de nuevo al ruedo con las nuevas canciones y con una intención renovada. Sevilla tiene relación directa con este nuevo disco. Fue allí donde lo grabamos con Raúl Pérez (Estudios la Mina) y le cogimos el gusto a la ciudad.
LiC – Dentro de un panorama donde el pop reiterativo y las chaquetas de cuero melódicas están a la orden del día: ¿Es muy difícil conseguir vuestros espacios para demostrar que hay otra manera de hacer rock?
C.D.R. - No es fácil. Algunos nos aceptan el espacio porque les parecemos “originales” y otros lo rechazan porque no suena como algo que ya conocen. No es apuesta segura.
Con el Volcán hacemos buen equipo y ellos tienen mucha experiencia en promocionar “frikis” del panorama. Poco a poco vamos viendo un hueco. En cuanto a las personas que nos siguen, gozamos de una parroquia fiel que nos abre el salón de sus casas para tocar y nos ofrece todo el espacio del mundo para exponernos. Eso es suficiente recompensa, la industria sin embargo tiene un futuro dudoso.
LiC – Cuéntenos cómo fue la experiencia del concierto para Radio 3.
C.D.R. - Fue la segunda ocasión que pudimos disfrutar de la experiencia. Como esperábamos, una gozadera. El equipo que tienen y los trabajadores te lo preparan todo para que solo tengas que ponerte allí y soltar lo tuyo. Radio 3 siempre nos ha dado mucha cobertura aquí en Madrid y para nosotros hacer los conciertos y salir en la tele Madre es gloria pura.
LiC – La conjugación de las letras, con los sonidos y las melodías en el último disco: ¿es trabajo de conservatorio musical y cuánta literatura? (escucho algunos pianos y tonos y pienso en Oliverio Girondo y una sudestada en la costa de Uruguay)
C.D.R. - Pues para ser honestos, el único que tiene conservatorio es nuestro querido pianista Álvaro Baños. En cuanto a la literatura, muchos disfrutamos de ella pero ni de lejos somos ningunos eruditos. Las letras tienen mucho trabajo detrás del día a día. De amontonar destellos creativos uno tras otro y con el tiempo ir reciclando. De leer libros, internet, ver videos, documentales, jugar al ping pong, salir al monte. Mantener el sol despierto constantemente. Igual hemos desarrollado un gusto general que hace que no caigamos en lo banal e intentemos darle una calidad a lo que hacemos.
LiC – Comenzaron 5 integrantes y hoy son 7, vuestra propia gana de experimentar ¿los lleva a buscar más secuaces?
C.D.R. - Éramos un grupo numeroso de gente con ambiciones musicales que con el tiempo nos hemos juntado, como era de esperar, en un solo “cuerpo público”. Primero empezamos dos, después otro y “¡Por qué no! Tú que estás allí tocando blues a solas….vente también!” y así se formo el Club del rio. Una mezcla humana espontánea.
LiC – Desde el primer disco en 2013 (Club del Río) al 2014 (Monzón) se palpa cierta claridad en las ideas a interpretar.
Sin embargo hoy “Un sol dentro”(Oct-2016) se nota algo tal vez más de sonidos que recorren la multiculturalidad, ¿qué diferencias o inquietudes a nivel artístico los conmueven para estas creaciones entre étnicas pop y sin cota generacional?
C.D.R. - Puede ser un poco más enigmático este segundo disco. El primero, correspondía a una etapa más básica en la que tocábamos sin batería y las canciones en general estaban más simplificadas. Ahora hay un elemento místico nuevo en las letras, acompañado de una instrumentación mucho más amplia. El disco condensa de alguna forma los últimos años viviendo en una casa apartada del mundanal ruido. Un paraíso decadente. Algo que sin duda nos ha motivado en muchas de estas canciones.
LiC – Yo los veo como un coro de bestias contenidas en camisas y una urgencia latina: ¿Cómo lo conjugan con el día a día?
C.D.R. - ¡Somos bestias pero a mucha honra! je je je conjugamos el día a día como podemos. Con trabajos, estudios, proyectos...no ganamos un duro. ¡Pero llevamos camisas!
LiC – En los tres discos que han editado yo escucho tres márgenes diferentes que han evolucionado y sé que es muy pronto pero: ¿Cómo viene el futuro de Club del Río?
C.D.R. - Con más y mas cambios. Y cuando parezca que ya no puede cambiar más, volverá a cambiar. Somos una propuesta libre de música que siempre estará evolucionando. No queremos contentar ni defraudar. Todos los conciertos que podamos hacer los haremos. Y toda la gente que nos quiera escuchar bienvenidos!!!
LiC - ¿Cuándo escribirán algún poema para www.laicritica.es?
C.D.R. - Cuando queráis. Aunque no aseguro que sea un poema.
Una entrevista de Sebas Abdala
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