domingo, 30 de mayo de 2021

Tejiendo sueños

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Guillermo Martínez tiene 23 años e inquieto debería ser su apellido. Ha dado clases de piano, es ingeniero en desarrollo de producto para Juguetrónica S.L, ayuda a estudiantes internacionales, integración social y labor socio-cultural y también ha creado el proyecto #Ayúdame3D (que es el que me hizo descubrirle y en el que me voy a centrar).

Según lo define, trata de dar accesibilidad de prótesis 3D a personas sin recursos, de aquí y de allí, para todo el mundo que las necesite. De hecho surgió tras un viaje de voluntariado a Kenia1, donde pudo facilitarle la vida a personas que necesitaban prótesis3D de brazos. Previamente tuvo que investigar y diseñarlos con movimiento simple (que no dependan de baterías ni repuestos): "El material con el que imprimí esas primeras prótesis era plástico, utilicé las gomas que se emplean para los brackets para el movimiento de las supuestas articulaciones, hilo de pescar para unirlo todo y un accesorio de la cámara GoPro (un arnés para agarrar la cámara al hombro) para que pudieran sujetársela al cuerpo", dice en el documental The Rainmakers (2017).

Esta iniciativa es 100% sin ánimo de lucro y gratis para todas las personas que necesiten una prótesis. Además propone que la gente que disponga una impresora 3D y ganas de ayudar se sume a este movimiento: los materiales que necesitas para las prótesis cuestan en torno a los 35 euros y no hace falta que seas un maestro del diseño, en internet se pueden encontrar muchos planos. Y tampoco te lleves las manos a la cabeza si no se adaptan a las necesidades: le pregunté a Guillermo si facilita los que ha creado él, para que otros puedan imprimirlos, y dónde los pueden encontrar y su respuesta está ligada a su movimiento altruista: Al estar en proceso de desarrollo no los tengo colgados, pero se los facilito a cualquier persona que me los pida.

Me comenta que actualmente se han dado o enviado 10 prótesis y más de 15 se encuentran en proceso de fabricación. Está consiguiendo que ésas personas tengan una mejor calidad de vida gracias a sus piezas ortopédicas, ha logrado que Bq se asocie e involucre prestándole la impresora 3D Hephestos 2 durante el tiempo que la necesite para desarrollar su proyecto (además de ofrecerle asesoría técnica) y que las empresas Colido Ibérica y Eolas cooperen con muestras y bobinas de PLA para realizar las prótesis. Guille cuenta ya con dos impresoras que desde por la mañana se quedan tejiendo sueños2, me comenta que el tiempo que tarda en imprimirse una mano son dos días y tres para un brazo entero (destacando que ambas respuestas se refieren únicamente al tiempo de impresión, por piezas); las horas que se lleva el ensamblaje depende del tipo de prótesis: entre 2-3 horas (incluyendo los mecanismos).

Ilusiona ver que grandes empresas se sumen a este tipo de causa, pero sobre todo que alguien que acaba de finalizar sus estudios emprenda una aventura repartiendo sonrisas. Su idea continúa en la web ayudame3d.org bajo el lema de "Ayudar es demasiado fácil como para no hacerlo".

Podéis encontrarlo en:
Twitter: @Willperman y en #Ayúdame3D.
Facebook: @ayudame3D

Y si te quieres implicar en un voluntariado:
Bamba project (wwww.bambaproject.org)


(1)Bamba project, bajo su máxima “Nos gustan los retos, los imposibles. La aventura”, abre las puertas a todos los que quieran apadrinar y/o viajar para ayudar a la comunidad del Valle del Rift. Como puedes ver, aunque la idea original del viaje sea ayudar dando clases, mejorando las instalaciones, etc., también puedes añadir un plus -como hizo Guille-.

(2)Tras ver que la primera capa está cayendo correctamente se va a trabajar pero deja conectada una cámara, que controla por el móvil, para supervisar que la impresión vaya correctamente y poder desconectarlas en caso de que algo no esté saliendo de la manera adecuada. El ensamblaje se queda para el fin de semana. 

Texto de Saray Pavón
Fotos de Edurne Martínez

viernes, 28 de mayo de 2021

Primer verano

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Agua limpia de alberca
que se concibe pura,
que penetra en los huesos
con su frescor de mimbre.
Légamo de los bordes,
calor en los olivos,
respiración de encina
y terrones sedientos.
El verano se anuncia.
Es la mano del padre
solar y aterradora.
En mi pequeño cuerpo
lucientes sanguijuelas,
el terror milenario
de la muerte entrevista.
Nada queda de aquello:
olor del agua dulce
lavando la memoria.


Frase de Rocío Hernández Triano
Imagen de Pixabay

miércoles, 26 de mayo de 2021

Contemplación...

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...cariñosa de la Angustia, de Agustina Bessa-Luís, es un libro que llamó mi atención poderosamente por un fragmento y que hace poco, tras no encontrarlo por ningún lado, decidí pedirlo a casadellibro.com (ya os contaré mi experiencia con ellos) y me lo he bebido.

Empieza explicando por qué escribe y me seduce diciendo "Escribir es esto: conmover para ahuyentar la angustia y aliviar el miedo". Si señora, acabas de definir lo que hay tras estos ojos y lo que bombea mi mecanismo deteriorado por el estrés. Adentrándonos más comenta que "La importancia que le damos al tiempo radica en nuestros impulsos destructivos". Nos hace guiños a los que vamos con la angustia existencial a cuestas; nos pellizca donde se agitan nuestras preocupaciones y nos acaricia a partes iguales.

Reconozco que leer sobre la vida de alguien y el porqué ha escrito tal o qué significado le da... normalmente no me atrae y de hecho hay partes en las que el  c a n s a n c i o  aparece, pero luego llega una explosión, una frase que estimula todas tus neuronas y merece la pena ("Escribir bien no resucita a los muertos; no es más que una habilidad, como las que hacen los monos" S U B L I M E. Vaya ejemplo de humildad). Además también trata otros temas, habla de su percepción sobre Dostoyevski, Van Gogh, Kafka, etc.

Me ancla en un fragmento que dice que "La voz es un material plástico; modela el espacio compartido, y es capaz de engendrar una obra en ese mismo espacio, como si la voz fuese un Fidias o un Rodin." Esto es hablando de las conferencias que realiza. Siempre he pensado que es importante la voz (su tono y demás texturas) y que tiene un papel bastante importante en la comunicación, quizás por ese mismo motivo me fijo tanto en ellas y cuesta entregar la mía salvo cuando se me olvida que hay gente ahí al otro lado, cuando estoy en un plano distinto (como dentro de mi cabeza jugando con las ideas y palabras) aunque pueda estar sentada frente a ti. Al hilo de esto (qué me gusta mezclar temas) una vez escribí "Desaparecen las farolas y edificios"... era un poema de amor, pero ese mismo sentimiento es el que tengo cuando estoy totalmente interesada o sumergida en el momento (dibujando, escribiendo, follando, hablando, etc.). Es eso. Todo sigue realmente ahí pero mi atención está concentrada exclusivamente en "un punto". En ese preciso instante si es por medio de la voz por el que me estoy compartiendo... se nota, y creo que a eso se refiere Agustina.


Reseña e imágenes de Saray Pavón

lunes, 24 de mayo de 2021

La inercia de la sociedad

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Una montaña rusa de sensaciones nuevas recorre París. Los cuatro años de guerra de finales del siglo XIX pretenden cerrarse con conmemoraciones, con un periodo de duelo para los excombatientes; esto hace que acojan "El diablo en el cuerpo" como un escándalo, ya que narra la apasionada relación entre un joven y la mujer de un soldado que lucha en el frente, pero sobre todo por los rumores de autobiografía en cubierto. Su autor, Raymond Radiguet, no pudo disfrutar de los éxitos ya que murió en 1923, a los veinte años; pero su primera novela se convirtió en un hito, en el libro de cabecera para una generación que estaba en la flor de la vida, cansada del luto y las banderas.

Los años veinte vienen pisando fuerte, marcando una etapa en la historia de Francia y dejando atrás el recuerdo de las trincheras con un mundo de risa y placeres. Todo se acelera: las mujeres se emancipan, surge una revolución cultural, una intensidad inaudita. Se realizan carreras, a cuál más extraña (como la famosa carrera de camareros) y otras hazañas peculiares e inverosímiles que pretendían captar la atención de la prensa por unos minutos.

La efervescencia va de las venas a las calles de la ciudad. El coche ya no es un objeto de la burguesía y los bulevares reflejan el Art Decó. Un torbellino de investigaciones facilitan las actividades de la cocina y desencorseta a la mujer.
 
El documental París, los locos años veinte también nos lleva de la mano por la moda. Ese terreno, hasta entonces mayoritariamente masculino, abre sus puertas a las primeras diseñadoras; algo estaba cambiando lenta pero inevitablemente. Coco Chanel le dio al color del luto un toque elegante, una belleza más sutil y masculina; que sumado el corte de pelo a lo garçon se convirtió en el icono de esta década.

A través de las imágenes iremos adentrándonos en los ritmos, cambios y revolcones de Montparnasse con la palabra libertad. La Francia conservadora contra el París de pelos revueltos, el ayer contra el mañana, donde se encontraba ubicada Alice, más conocida como Kiki de Montparnasse. Los hombres deseaban poseerla y las mujeres querían ser como ella, convertirse en una leyenda. A los 13 años, para sobrevivir, trabajó en una cadena de aclarado de botellas retornables y en la trastienda de un editor que imprimía clandestinamente ejemplares del Kamasutra. Años más tarde escribiría: Estas imágenes curiosas inspiraban a mi entrepierna los movimientos de un pájaro que no consigue echar a volar y comenzó a frecuentar la bohemia.

Os recomiendo que dejéis que la palabra provocación penetre vuestras retinas (guiño, guiño, que en esta etapa sabemos que querían atentar contra el pudor y lo consiguieron). Descubrid la escritura automática, el cadáver exquisito y mucho más.

Texto de Saray Pavón
Imagen: Retrato de una mujer con un cigarrillo (Kiki de Montparnasse) - Dongen, Kees van

sábado, 22 de mayo de 2021

jueves, 20 de mayo de 2021

La nuez

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Una nuez fue a darte en la frente cuando dormías bajo aquel inmenso nogal; posiblemente centenario, alto, robusto, casi que tocaba el cielo.

Aún no sabes como terminaste ahí, pero dormías profundamente bajo el centenario árbol, en un día de calor extremo. No despertaste del todo hasta la tercera nuez, que fue la que provocó que maldijeses aquel maravilloso lugar. El sol aún estaba alto, muy alto, sobre tu cabeza. Te salvaba de él la sombra del nogal.

Mientras te despabilabas observaste que estabas junto a un bosque frondoso, fresco y húmedo, incluso que cerca corría un arroyo de agua dulce que no tardaste en localizar y llegar hasta él. De pronto sentiste una gran paz y protección, pero a la vez estabas asustado y perdido. No sabías como habías llegado allí.

Después de zambullirte en el arroyo, y refrescarte de aquella humedad pegajosa que provoca el calor en estas zonas boscosas y en la que aún no sabías ubicarte, ―mucho menos ubicarla ―, volviste al lugar donde te despertó la nuez, la primera nuez. La confusión no tardó en llegar, tus ideas sobre ti mismo te estaban haciendo sentir mal. ―Otra nuez más te dio en la cabeza―. Observaste que era una ardilla la que te lanzaba desde lo alto del nogal una nuez tras otra, te decía a su manera que estabas invadiendo su territorio y que te largases, llegaste incluso a verle el entrecejo malhumorado. Pero estabas tan confundido que sólo supiste sacarle el puño en señal de protesta.

Comenzaste a observar el lugar, entre preguntas de quién eras y que hacías allí. Aun así, el lugar te estaba llenando de una sensación maravillosa, de paz y, no sabías el porqué. ―Daba igual―.

Caminaste durante horas alejándote cada vez más del nogal bajo el que despertaste, ―y del que traías un buen chichón en la frente―, caminabas sin rumbo, te buscabas a ti mismo al tiempo que la salida de aquél lugar en el que de pronto te descubriste. El lugar es hermoso, te decías una y otra vez, este lugar es mágico, y así con estos pensamientos y bienestar físico percibiste que el sol desaparecía a tu espalda, entre los troncos de los nogales que nunca terminaban, y que cada vez era más espeso el entramado de árboles que se mezclaban ya con especies como castaños, álamos y otras como las robinias y arbustos. Comías inconscientemente una nuez tras otra, te agachabas tan solo y tenías varias, sin esforzarte, las partías golpeándolas una contra otra entre tus manos, y todo esto con la mirada perdida en un horizonte que aun no aparecía y que cada vez estaba más oscuro. Estabas dejando atrás el sol, tanto que se convirtió en un puntito.

Encontraste un camino, un sendero, posiblemente hecho y trazado por el pasar de algún ciervo o jabalí. Decidiste seguirlo a pesar de no saber de dónde venias ni a dónde ibas, seguro que algún lugar llevaría. Pensaste y sentiste la angustia de no saber tú nombre, te mirabas una y otra vez tus manos, tus pies, incluso tú ropa sucia y rota.

El silencio te acompañó y persistió todo el tiempo, tan solo las lechuzas rompían la monotonía de este, ya no podías ver, te abrazabas a cada árbol como si en ello te fuera la vida. En la oscuridad resaltó el blanco de tus ojos, y el sonido de tus pasos sobre la maleza y madera seca comenzó a predominar. Ya no sabías realmente ni qué eras. Comenzaste a pensar que eras parte del suelo, te sentías pegado a él; de pronto tus manos se quedaron pegadas a aquel tronco grueso y viejo al que finalmente te abrazaste, tus pies se pararon de tal forma que realmente te quedaste pegado a la maleza del suelo. Te hundías en este suelo, en esta materia orgánica que se descomponía lentamente. Sentiste como el olor a humus invadía tú cuerpo. Ya no podías tener referencias visuales identificables, reconocibles por el instinto que te llevó hasta este punto.

...Hoy eres una nuez, en una bolsa de supermercado. 
 
Texto de Juan Manuel Álvarez Romero
Imagen de www.pixabay.com maliciosamente retocada por Antonio Moreno