martes, 11 de septiembre de 2018

El final

0

Ana Vega (Asturias, 1976). Poeta, narradora, periodista, crítica literaria. Autora de varios libros, entre ellos, Breve Testimonio de una mirada (poesía, Amargord, 2009), Herencia (poesía, Canalla Ediciones, 2018) y Llanquihue (narrativa, Editorial Huerga & Fierro, 2012). Autora de la Antología LiberoAmericana.


El final del cuento: 

A veces
tengo sensación
de batalla perdida,
de general
con hombres muertos
a sus pies,
con manos ensangrentadas
pero inútiles…

Cansancio acumulado.
Elaboración de tácticas
y estrategias
estudiadas con precisión
de bisturí
y a las que siempre
vence
el caos
del mundo
más cotidiano.

A veces
siento
que ni los cuchillos
más afilados
logran
cortar bien la carne.
Siento que poco
o nada
tiene sentido.

Y sin embargo,
en contadas ocasiones,
veo con claridad, exacta,
de halcón
desde las alturas,
como la verdad
vence al cobarde;
cómo el triunfo
está asegurado
desde el principio
para aquéllos
que se mantuvieron firmes,
los locos, los salvajes,
los que no se dejan domesticar:
los más cuerdos
entonces.
Y sé que noches de cuchillo
y ruido ensordecedor
les preceden,
espinas bajo sus pies,
clavos ardiendo
siempre
en sus manos
y muñecas rotas.

Al final
del cuento
la paz
llega a los ojos
del indómito
con la facilidad
con la que el cielo
abre sus puertas
tras la tormenta.
Benditos sean
aquellos
que han logrado
sobrevivir
al desierto.

Poema, bio y foto de Ana Vega

domingo, 9 de septiembre de 2018

Luciérnagas

1

Gema Albornoz (Montilla, España, 1979). Poeta, narradora y fotógrafa. Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Córdoba. Miembro de las Asociaciones Culturales: Poética de Puente Genil (Córdoba) y Naufragio. Sus textos aparecen en distintas publicaciones literarias: Prisma a la vista, La Galla Ciencia, Le Miau Noir, El Laberinto de Ariadna, La Galla Ciencia, Mitad Doble, El coloquio de los perros, Digo.Palabra.Txt, Revista de poesía crítica Bohemia, etc. Colabora en los medios culturales Mundiario y Luz Cultural Magazine. Actualmente, dirige la sección artística La Mirada de Helios (Odisea Cultural).


Ver una fila de luciérnagas
dibujando la carretera por donde pasa tu olor.
No es un desorden de mi sistema nervioso,
es que no se coordina el corazón.
Mi seguridad,
entonces,
se sitúa al borde del acantilado,
Mi pánico
no sabe si volar
o divertirse rodando
loma abajo.
A menudo,
te recreo en mi infancia,
rebobino,
damos saltos al futuro,
volvemos al ahora mismo.
Eres mi alucinógeno favorito
y nadie te había clasificado como droga.


Poema, bio e imagen de Gema Albornoz

viernes, 7 de septiembre de 2018

Soy lo que odio

0

Me gusta mi nombre, Romina, me agrada la fuerza de su arranque. Cuando me nombro siento que estoy impulsando algo que viene de adentro, algo que raspa y está revuelto, pero que al salir del todo se torna un arrebato tierno.

No me gusta mi edad, y eso también es algo arrastrado. No me gusta mi edad desde que tengo conciencia de la misma; siempre quise ser más grande, y en realidad, siempre me sentí mayor. Ahora, por ejemplo, me siento de treinta y me gustaría tenerlos, mas me faltan siete, creo que siempre le faltan siete años a mi deseo.

Me gusta mi cuerpo, creo que es un honor cargar con un cuello tan alto, esa es mi parte favorita y quizá, todo mi cuerpo pueda reducirse a mi cuello, pues lo demás no me importa.

No me gusta mi mente, a veces intento desplantarla, pero ella siempre me encuentra. Entonces, de repente a la hora del desayuno se despierta y empieza a condenar desayunos pasados, vencidos, que han caducado hace años.

Creo que esos pares definen la guerra que soy, lo que puedo cambiar me agrada, lo que no se me impone como un latente enemigo que silencioso aguarda para clavar la puñalada. 

Además de eso, cabe espacio para lo más superficial, soy Licenciada en Letras, pero me importa un comino; en realidad lo que descubrí amar es la educación, y en especial, a los receptores de la misma, esos ojitos locos que se mueven como estrellas en el cielo y alimentan el conocimiento que si está solo en mí se me hace conocimiento muerto. 

Y la poesía es un poco el registro de todo lo dicho anteriormente, cada uno de los impactos que suponen las venturas y desventuras de estar viva en todo eso. Escribo desde niña, con idas y vueltas, y creo que sigo escribiendo porque una vez, a los seis años, alguien me dijo que iba a ser una escritora y creo que simplemente supuse que era cierto. De todas formas, otro de los descubrimientos fue descubrir la poesía oral, allí encontré mi salsa. Gracias a En el camino de los perros, y en especial a Hoski, pude probar lo que era decir el papel en 2016, desde ese momento me he re-representado en varios lugares y volví a amar la esencia de lo performático, una llaga abierta que me había dejado el fracasar mi sueño de ser actriz. Sin embargo, gracias a todo eso retomé fuerzas y he empezado la maestría en Teoría del teatro; no actúo, es cierto, pero puedo volver a pisar los teatros, ver obras y animarme otra vez a escribirlas.

Lo demás es futuro. Como la Antología liberoamericana en la que va a aparecer su poesía. 


Prefacio con epílogo:

hubiera sido
de ser
un caer sin ciencia
un vuelco sin inercia
hubiera sido
de ser
pero no ha sido más
que esta brutal hora fúnebre


Pero ahora resulta que soy lo que odio:

No soporto la tristeza robótica
de los bohemiancyborgs,
pero también eso soy. 
El futuro ha levantado la mano 
para sacarnos el alma de su recoveco
y ponerla en el muro. 
Así es y así será, 
somos como Laika
pero nosotros nos reventamos por gusto
solo para estar en la carrera
y poder decir algo. 



Foto, poema y bio de Romina Serrano

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Conceptos de un atardecer

0

Teresa Gubern nació en Valsequillo de Gran Canaria, España, y es estudiante de Tierra, Energía y Sostenibilidad en los Países Bajos. Escribe obras de teatro, poemas e historias sin descanso, esté donde esté, ya que vive entre sus islas y el continente. Ella es otra de las integrantes de la antología liberoamericana de + de 100 poetas que verá la luz en breve, aún tenéis tiempo de pre-comprar vuestro ejemplar ;) 


Conceptos de un atardecer

El Teide frente a mí, el Nublo a mi espalda, la luz…
Las nubes recorriendo las montañas
Y la Tierra que nos llama.
La posibilidad del vacío,
De desaparecer, en un instante,
Para siempre.
Y las risas del bosque
Que traen los susurros del viento.
Las carreteras serpenteando,
El frío recorriendo mis dedos y mis piernas.
Mientras mi alma, en calma, tranquila,
En la frontera entre la Tierra y el Cielo.


Poema, bio y foto de Teresa Gurben

lunes, 3 de septiembre de 2018

Retrato de mujer con pistola

2

Sonia San Román (Villamediana de Iregua,  (La Rioja), 1976). Licenciada en Filología Hispánica. Es profesora de lengua y literatura. Ha publicado los libros De tripas, corazón (Ediciones del 4 de agosto, 2004), Planeta de poliuretano (Asociación cultural Crecida, 2005), Punto de fuga (Editorial Eclipsados, 2008), Anillos de Saturno (Baile del sol, 2014), Nosotros, los pájaros (Colección Ejemplar Único. Gabriel Viñals, editor, 2015) y La barrera del frío (Suburbia Ediciones, 2017). Con este último poemario obtuvo el primer Premio Ateneo Riojano en 2018. Es otra de las autoras de la antología LiberoAmericana de + de 100 poetas


Retrato de mujer con pistola:

No te perdonarán que sueñes sola.
Te querrán, entonces, azul y melancólica, costurera y beata pero no sola y en pie.
Escucharás otros pasos en la soledad de tus pies nocturnos.
Quizá algún índice asomando tras las puertas u ojos entre las lamas de las persianas plegables.
Habrá nombres oscuros para tu exilio.
Habrá hombres oscuros para tu exilio.
Habrá hombros oscuros para tu exilio.
Habrá hambres oscuras para tu exilio.
Habrá hembras oscuras para tu exilio.
Pero habrá hebras y hermanas claras para remendar los jirones de tu destierro.

(De 'La barrera del frío', Suburbia ediciones, 2017)

Poema, bío y foto de Sonia San Román

sábado, 1 de septiembre de 2018

Forastero

0



Virginia Finozzi: Hija de un carnicero de pueblo Belén (al norte del Uruguay), me bautizaron María Virginia mediando los 90′ cuando se dieron cuenta de que era mujer. No me enseñaron a tocar ningún instrumento, pero me obligaron a leer fuerte y claro alguna cosa importante, aunque yo prefería comer tierra. Hoy Montevideo me habita mientras me entretengo estudiando educación social, pavoneándome entre las plantas y ensanchando el alma. Participa en la antología liberoamericana de + de 100 poetas


Jardinero del Edén o forastero

Y pregunto entonces
hay lugar en este verso
jardín del Edén o su contrario

Yo
la que llegando perenne
al espacio concreto
en que la nombraran
ríe

Yo hoy esta noche
imploraría sinvergüenzas
a los traficantes de las agujas del reloj
la eternidad de tu columna vertebral
observarte así diminuto
ofuscado carpiendo
los terrones de mi bajo vientre

Yo
que desde ese día
desarrollé un extraño interés botánico
tendiente a obsesión vegetal
-lo verde sabroso mi amor esperanza
húmedo sensitivo proclive a dar frutos-

Recibiría tu aire caliente
como esta brisa de enero
te enjuagaría los pies y las culpas
lamería tu frente salobre
y tendería la mesa y el pan

Amasaría en tu deseo mi nombre
de trigo y cebada
cordero a la miel
mientras sujeto tu corazón
con mis manos llagadas
y lo pongo a descansar
a la sombra de aquel matorral.


Poema, foto y bio de Virginia Finozzi