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lunes, 14 de junio de 2021
De un poema espero que me corte la garganta y me resucite.
Frase de Christian Bobin
Imagen de Pixabay
viernes, 28 de mayo de 2021
Primer verano
Perpetrado el
viernes, 28 de mayo de 2021
Agua limpia de alberca
que se concibe pura,
que penetra en los huesos
con su frescor de mimbre.
Légamo de los bordes,
calor en los olivos,
respiración de encina
y terrones sedientos.
El verano se anuncia.
Es la mano del padre
solar y aterradora.
En mi pequeño cuerpo
lucientes sanguijuelas,
el terror milenario
de la muerte entrevista.
Nada queda de aquello:
olor del agua dulce
lavando la memoria.
que se concibe pura,
que penetra en los huesos
con su frescor de mimbre.
Légamo de los bordes,
calor en los olivos,
respiración de encina
y terrones sedientos.
El verano se anuncia.
Es la mano del padre
solar y aterradora.
En mi pequeño cuerpo
lucientes sanguijuelas,
el terror milenario
de la muerte entrevista.
Nada queda de aquello:
olor del agua dulce
lavando la memoria.
Frase de Rocío Hernández Triano
Imagen de Pixabay
sábado, 22 de mayo de 2021
H e r i d a
Perpetrado el
sábado, 22 de mayo de 2021
Uno se da cuenta enseguida cuando una herida no va a curarse nunca.
Frase de Kazuo Ishiguro, Los inconsolables, Anagrama, Barcelona, 2006
Imagen de Pixabay
martes, 18 de mayo de 2021
Taciturnosis
Perpetrado el
martes, 18 de mayo de 2021
Me quedaría con un no me des en el tendón del desencuentro, con nuestros mudos diálogos, con un no dejes que el humo me dibuje historias con palabras que sólo conocen el perder el tiempo, porque queda mucho camino y ya no tengo tipex; pero ahora despierto y todo se acabó*.
Yo te esperaba para doctorarnos en Sabina, sí, para qué voy a negarlo(sería una tremenda tontería); y sin embargo, en estos momentos, soy como la serpiente que va mudando su piel, que va dejando la antigua atrás pero todavía no tiene la nueva visible al completo. No sé si me entiendes, me refiero a que a veces las huellas pasadas siguen teniendo su cicatriz en la nueva piel, pero no te preocupes que tan sólo es el eco del silencio de aquellas palabras que lo decían todo, que tan sólo pasa por ver como se abre un desagüe por donde se van los sueños. […]
Luego me pongo a pensar que quizás los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo o al revés y por eso ahora se me vienen a la mente unos fragmentos de cosas que nunca te dije. No sé porqué, a veces, nos costará tanto desnudar nuestros sentimientos y sin embargo también tenemos otros momentos en los que soltamos las palabras así, de sopetón y sin miedo, tal vez como ahora hago (demasiado sencillo, ¿no?, pero la nada me rodea); puede que tan sólo escriba para decirte un ¡recuerda, lo inolvidable también se olvida! o que dejaré de pelear*.
Lo único malo… ¿sabes que es?, como Jung dijo: “no puedes ver a un león que te ha comido”, pero yo siento que algo me ha dado en el talón de Aquiles, que se avecina un desencuentro mezclado con instantes de taciturnosis.
*Frases de la canción Desencuentro, de Marea
Prosa poética e imagen de Saray Pavón
domingo, 16 de mayo de 2021
Nada más
Perpetrado el
domingo, 16 de mayo de 2021
La verdad no es un agujero en la tierra. La verdad es lo infinito del amor recibido a veces en esta vida cuando ya no nos quedaba nada más.
Frase de Christian Bobin
Imagen de Pixabay
martes, 13 de abril de 2021
Materia Explosiva
Perpetrado el
martes, 13 de abril de 2021
Lo sé. Antes de empezar con este proceso ‘evolutivo’ donde se cruzan las miradas de animales exóticos deberías saber que todo es relativo, que nunca apunto todas mis energías en una persona. Me da miedo redescubrir sabores, me gusta la esencia de las cosas aunque a veces me tiña el pelo porque cansa eso de verse siempre igual, porque no quiero verme tan sólo como un ser rizomático. A veces el corazón se queda apresado por una infinidad de silencios que suben y bajan, que forman espirales incomprensibles. Son pocas ocasiones las que hablo del interior al exterior porque arrastro un lastre insoportable cosido a los ojos, una materia explosiva que sólo encuentra palabras en abstracto, pero sin ella mis brazos se sienten vacíos. Pensaba que todas las pasiones que se entrecruzan dentro de nuestro pecho esquinan la vida, pero quizás estaba confundida. Ella sigue caminando por sus pasos naturales y yo estoy cansada de sentir las pérdidas del Ser, de mí misma. De mis métodos extraños de decir tequieros y noteolvidos. De enredarme en mi propia sustancia de miedos que me hacen evitar los co-razones sin trampa ni cartón, los dos cíclopes que se miran en el origen del mundo. La adecuación anatómica de dos cuerpos me apabulla cuando son más que besos híbridos haciendo cronocroquis en mi piel, crea una conmoción extraña en todas mis vísceras y palabras ingrávidas en el espacio de mi boca. Llegados a este punto suelo dar la coz y dejar algún momento roto, pero tu nombre es un nudo en mi vientre y ya no sé si voy un paso por delante. Pero sé que todos portamos impulsos que no se pueden medir con electrocardiogramas, que me enderezo de un golpe cuando llenas el pozo de mi inspiración y sudo tu sudor. Quizás por eso ahora, al probar el roce de tus poros, las ideas se difuminan. En momentos te leo y es como escucharme a mí misma. Me entra un cosquilleo en los pies, entonces abro un archivo de texto y dejo el cursor parpadeando sobre el blanco de la hoja imaginaria, saco dos chicles de menta e intento distraerme haciendo pompas. Es mejor eso que acabar cogiendo un cigarro. Pero me resulta extraño. Sabes que suelo hablar por los codos y ahora… apenas sé como continuar escribiendo un mensaje de móvil, que son menos palabras. Escribo y borro de manera convulsiva. “Te haré un vídeo”. Prometo. “Uno de esos que no digan ningún nombre pero que mientras lo escuches te veas latiendo en mis palabras”. Pero luego doy marcha atrás y pongo lo primero que pasa por mi cabeza. Joder, qué lío. Creo que últimamente actúo por impulsos. Ya no los controlo. Me he cansado de hacer el papel de mi propia madre. Nosotros escogemos ¿no? Por eso poco a poco el epicentro se encuentra en otra parte que no soy yo misma, hago poemas sin vértebras y no hay huesos que sujeten estas cajas de resonancia, pero es difícil. Trato de ponerle voz a lo que no tiene palabras y palabras a lo que no tiene voz, pero ni siquiera sé como finalizar un texto. Quizás todo sea más sencillo y sólo deba dejar que fluya todo hacia fuera. Eso no es malo ¿no? Quizás es mejor así. No sé. Había olvidado completamente cómo decir te quiero.
Prosa poética de Saray Pavón
Fotografía de Miguel Ángel
sábado, 20 de marzo de 2021
Lisa Alvés
Perpetrado el
sábado, 20 de marzo de 2021
Y yo era de esas, de aquellas, de todas las formas / y agarraba tiempos e intentaba congelarlos para / evitar que la vida fuese tan rápida, tan mínima, tan flash. // Tomé la carretera / inventé ternuras / armé estragos / y siento las que las fallas se tornaron fantasmas – es siempre un ida y vuelta / (una tercera de Newton). // Besé hombres sin dientes, / hombres que chupan la piedra / y después escupen en la mano para callar al Diablo. // Besé mujeres muertas, mujeres sin piernas y sin brazos – sirenas suburbanas / (capaces de seducir a la Luna y morirse en el Sol). // Yo era la caminante, / la cazadora de improbabilidades, / la especialista en vacíos, / la montadora de rompecabezas sin piezas. // Caminé con los fracasados / y aprendí el atajo rápido para la desesperación / para el detonante. // Hoy no hablo más que trece palabras por día, / soy de las supersticiones, de rezo bravo, del tipo / que teje la propia cuerda para envolver el pescuezo / después de una vida ruin.
Poema de
Traducción de Alicia Louzao
Traducción de Alicia Louzao
Imagen de Pixaba
sábado, 20 de febrero de 2021
Necesito
Perpetrado el
sábado, 20 de febrero de 2021
¿Necesito acaso un cuerpo
dentro de mi cuerpo?
no digo un pedazo de cuerpo
sino un cuerpo.
solo crecen en mí las plagas
y las lluvias.
jamás un cuerpo.
Tendré que admitir
la renuncia
de aquello que en mí
es un enigma
y no ser nada más
que un cuerpo
desierto y consumido
un cuerpo
que subsiste
en una creencia ficticia
de existir más allá
de su morir
permanente.
dentro de mi cuerpo?
no digo un pedazo de cuerpo
sino un cuerpo.
solo crecen en mí las plagas
y las lluvias.
jamás un cuerpo.
Tendré que admitir
la renuncia
de aquello que en mí
es un enigma
y no ser nada más
que un cuerpo
desierto y consumido
un cuerpo
que subsiste
en una creencia ficticia
de existir más allá
de su morir
permanente.
Frase de Andrea Aguirre (Buenos Aires 1980)
Imagen de Pixabay
miércoles, 10 de febrero de 2021
Saldos
Perpetrado el
miércoles, 10 de febrero de 2021
A la hora del cierre de los supermercados
puedes comprar pescado por la mitad de precio:
boquerones marchitos, bacaladillas tristes,
fogoneros sin lustre (el mero de los pobres),
el atún con su plomo,
con su orquesta sinfónica de metales pesados,
la envenenada panga que viene del Mekong,
la perca que viaja desde el lago Tanzania
en la oscura bodega junto al fusil de asalto,
la tilapia de alberca con su grasa de pollo,
la dorada sin mar, el salmón, su mercurio
maleable en la sopa, desperdicios de rape,
merluza machacada, el surimi, su estela
de viejo bogavante...
A dos euros el kilo, justo antes del cierre,
desde la oxigenada voz que nos recomienda:
«aligeren sus compras».
Desde el merka al salón de la olla podrida,
al comedor pagado con el erario público,
a este hospital de muertos de nuestra clase media.
puedes comprar pescado por la mitad de precio:
boquerones marchitos, bacaladillas tristes,
fogoneros sin lustre (el mero de los pobres),
el atún con su plomo,
con su orquesta sinfónica de metales pesados,
la envenenada panga que viene del Mekong,
la perca que viaja desde el lago Tanzania
en la oscura bodega junto al fusil de asalto,
la tilapia de alberca con su grasa de pollo,
la dorada sin mar, el salmón, su mercurio
maleable en la sopa, desperdicios de rape,
merluza machacada, el surimi, su estela
de viejo bogavante...
A dos euros el kilo, justo antes del cierre,
desde la oxigenada voz que nos recomienda:
«aligeren sus compras».
Desde el merka al salón de la olla podrida,
al comedor pagado con el erario público,
a este hospital de muertos de nuestra clase media.
Frase de Rocío Hernández Triano
Imagen de Pixabay
sábado, 23 de enero de 2021
Este confuso
Perpetrado el
sábado, 23 de enero de 2021
Este confuso pacto sin palabras
me hace sentir viva a fuerza de besar el tiempo.
He acabado por amar el alicatado blanco,
la psicoterapia de cocina,
las plantas que se mueren
y algo extraño, también el té.
Socialdemócratas y ateos
sentenciados a la distancia de una mesa
y unos taburetes duros como piedras.
Dejo la lujuria para los que juegan
al azar de la mensajería que se contesta con desdén
y a las noches que no me pertenecen.
No es tiempo de pieles que no amo
ni canciones desafinadas de otro idioma.
Me habla un futuro aún no escrito
o el tesón, mi madre hubiera dicho cabezonería,
y yo deseo que lleguen las lluvias
para ver películas de chicas valientes al volante
capturando fotogramas.
A esta vida le espera una estación sin contratiempos,
puede que la perspectiva de romper una hogaza de pan
para los dos.
Quizás, no sé, coincidamos más allá de los orgasmos,
en interacciones hormigueantes,
en un beso robado.
Pero esas cosas ahora flotan
aunque posean el don de aparecer,
reaparecer o desdoblarse.
Y todo esto sin respetar cualquier atisbo de razón
que nos asista.
Pero es que yo, amor, en este nuevo tiempo
no pienso dejarme mecer por una racionalidad
mezquina y lamentable.
me hace sentir viva a fuerza de besar el tiempo.
He acabado por amar el alicatado blanco,
la psicoterapia de cocina,
las plantas que se mueren
y algo extraño, también el té.
Socialdemócratas y ateos
sentenciados a la distancia de una mesa
y unos taburetes duros como piedras.
Dejo la lujuria para los que juegan
al azar de la mensajería que se contesta con desdén
y a las noches que no me pertenecen.
No es tiempo de pieles que no amo
ni canciones desafinadas de otro idioma.
Me habla un futuro aún no escrito
o el tesón, mi madre hubiera dicho cabezonería,
y yo deseo que lleguen las lluvias
para ver películas de chicas valientes al volante
capturando fotogramas.
A esta vida le espera una estación sin contratiempos,
puede que la perspectiva de romper una hogaza de pan
para los dos.
Quizás, no sé, coincidamos más allá de los orgasmos,
en interacciones hormigueantes,
en un beso robado.
Pero esas cosas ahora flotan
aunque posean el don de aparecer,
reaparecer o desdoblarse.
Y todo esto sin respetar cualquier atisbo de razón
que nos asista.
Pero es que yo, amor, en este nuevo tiempo
no pienso dejarme mecer por una racionalidad
mezquina y lamentable.
Poema de Laura Frost
Imagen de Pixabay
martes, 19 de enero de 2021
Confesión
Perpetrado el
martes, 19 de enero de 2021
Escribo porque me salva, porque es lo único
que me queda, porque fija un sonido, unas luces, el final de un acto de
amor, el escenario de unas horas de deseo. Escribo porque están conmigo
los que ya nunca estarán, porque bajo al mar desde la mesa donde apoyo
la cuartilla y me quedo quieto en la memoria de un cuerpo, y prolongo
unas voces hasta perder la noción del tiempo (días y años juntos,
apretados en un instante que me deja sin defensa). Escribo porque al
abrir el seno de una palabra encuentro la iluminación última del beso,
porque pronuncio a solas mi única verdad: esa que después desmiento con
mi vida. Escribo porque hay un llanto íntimo que me purifica desde que
comienzo a hacer signos en el papel, porque poseo las cosas desde su
respiración humana y puedo habitar aquello de lo que fui desterrado.
Escribo para ser joven y alimentar una esperanza radical, para tener lo
que no tengo y escuchar lo que nunca me dijeron. Escribo porque nunca
fue más bello el engaño.
Texto: Javier Lostalé, La rosa inclinada
Imagen de Pixabay
sábado, 9 de enero de 2021
Ante la nieve
Perpetrado el
sábado, 9 de enero de 2021
Ante la nieve todos somos niños, ante el amor todos somos niños, ante la muerte todos somos niños, la nieve es una niña con vestido blanco, una niña pequeña que da sus primeros pasos sobre la tierra.
Frase de Christian Bobin La más que viva, Libros Canto y Cuento, Jerez, 2015
Imagen de Pixabay
sábado, 26 de diciembre de 2020
Piedra 1
Perpetrado el
sábado, 26 de diciembre de 2020
No pudo manejar tanta libertad y ese fue el problema.
La libertad no se mantiene,
no se sostiene,
no se maneja.
La libertad se vive.
La libertad no se mantiene,
no se sostiene,
no se maneja.
La libertad se vive.
Frase de Alejandra Torrero
Imagen de Pixabay
martes, 22 de diciembre de 2020
Encontrarse
Perpetrado el
martes, 22 de diciembre de 2020
Encontrarse en el extrarradio del afecto,
condensar toda una vida en dos minutos,
abrazar lo que el cuerpo esconde,
silenciar los gestos profundos, melancólicos,
allí donde residen los malditos.
Atravesar desiertos de sal y regresar sedientos.
En la calle la tibieza de la noche cae;
se escucha el lenguaje de los perros,
ruge el azahar incipiente de la vida,
está floreciendo el tiempo,
se van ahogando las dudas entre besos,
la luz inunda el túnel hasta el centro de la tierra.
Nos contraemos.
Nos expandimos.
Ángeles que corretean con las hadas,
se acerca la muerte
para empezar de nuevo
y nos va la vida en ello, así... tan dulcemente.
condensar toda una vida en dos minutos,
abrazar lo que el cuerpo esconde,
silenciar los gestos profundos, melancólicos,
allí donde residen los malditos.
Atravesar desiertos de sal y regresar sedientos.
En la calle la tibieza de la noche cae;
se escucha el lenguaje de los perros,
ruge el azahar incipiente de la vida,
está floreciendo el tiempo,
se van ahogando las dudas entre besos,
la luz inunda el túnel hasta el centro de la tierra.
Nos contraemos.
Nos expandimos.
Ángeles que corretean con las hadas,
se acerca la muerte
para empezar de nuevo
y nos va la vida en ello, así... tan dulcemente.
Poema de Laura Frost
Imagen de Pixabay
viernes, 18 de diciembre de 2020
La vida...
Perpetrado el
viernes, 18 de diciembre de 2020
La vida tiene que arrancarnos el corazón; si no, no es la vida.
Frase de Christian Bobin
Imagen de Pixabay
lunes, 30 de noviembre de 2020
Égoga boba
Perpetrado el
lunes, 30 de noviembre de 2020
Por la mañana el barrio parece estar bien hecho.
Hay destellos brillantes que impulsan la esperanza,
el género en la puerta, una hogaza ecuménica
y un tendero que fía hasta el día veintinueve.
El sol, con su guadaña
va rajando la niebla del domingo,
la soledad del viejo
y los abuelos peinan a sus nietos
con una raya al lado
y rezan a la puerta del colegio
su credo, que es pagano y lleno de ternura.
Los carteros conocen tu vida y tu milagro
y hasta se ponen fúnebres si llegan cartas negras.
Hay hombres que pasean a sus chuchos
y conocen los cauces de la sangre
con sus mil afluentes.
El tipo que ha cruzado con la reina Heroína
tres veces ultramar
hoy confía en el verbo,
ama las bibliotecas,
espera con fervor la luz que rompe el caos
del apagón eléctrico.
En el banco agonizan los dragones sin colas.
Aquí se nutren huevos, los bulbos, las semillas.
Hay mujeres que tajan el manglar del futuro
como sotas de bastos,
amazonas obreras, circes que multiplican cero por infinito.
Y aunque todo se tuerza dentro de pocas horas
y prenda la tragedia de la mesa-camilla
hoy canto en esta égloga que el mundo está bien hecho
y enderezo las sílabas del ritmo endecasílabo.
Hay destellos brillantes que impulsan la esperanza,
el género en la puerta, una hogaza ecuménica
y un tendero que fía hasta el día veintinueve.
El sol, con su guadaña
va rajando la niebla del domingo,
la soledad del viejo
y los abuelos peinan a sus nietos
con una raya al lado
y rezan a la puerta del colegio
su credo, que es pagano y lleno de ternura.
Los carteros conocen tu vida y tu milagro
y hasta se ponen fúnebres si llegan cartas negras.
Hay hombres que pasean a sus chuchos
y conocen los cauces de la sangre
con sus mil afluentes.
El tipo que ha cruzado con la reina Heroína
tres veces ultramar
hoy confía en el verbo,
ama las bibliotecas,
espera con fervor la luz que rompe el caos
del apagón eléctrico.
En el banco agonizan los dragones sin colas.
Aquí se nutren huevos, los bulbos, las semillas.
Hay mujeres que tajan el manglar del futuro
como sotas de bastos,
amazonas obreras, circes que multiplican cero por infinito.
Y aunque todo se tuerza dentro de pocas horas
y prenda la tragedia de la mesa-camilla
hoy canto en esta égloga que el mundo está bien hecho
y enderezo las sílabas del ritmo endecasílabo.
Frase de Rocío Hernández Triano
Imagen de Pixabay
jueves, 26 de noviembre de 2020
Guárdamelo
Perpetrado el
jueves, 26 de noviembre de 2020
Guárdame el dolor
bajo enero.
Guárdamelo
hoy que quiero ser presente y no herida.
Apacíguame el ego
que quiero amarme en libertad,
que quiero amarme sin redundancias.
Guárdamelo tú,
que siempre fuiste la mano izquierda, la rabia en las ojeras,
la cerradura del búnker,
la mirilla en el tanque.
Tú, que amándome a secas, leíste todas mis cartas,
las que no son para ti,
las que no eran para nadie.
Guárdamelo una vez más,
hoy, que el dolor es compartido,
que siento tu abandono por fin como propio, que tengo pulso para escribirte
y no me siento tuya.
Hoy,
que me dedico la culpa
de no quererte siempre
pongo mi nombre como destinataria y remitente.
Voy a dedicarme todo lo que te mereces.
bajo enero.
Guárdamelo
hoy que quiero ser presente y no herida.
Apacíguame el ego
que quiero amarme en libertad,
que quiero amarme sin redundancias.
Guárdamelo tú,
que siempre fuiste la mano izquierda, la rabia en las ojeras,
la cerradura del búnker,
la mirilla en el tanque.
Tú, que amándome a secas, leíste todas mis cartas,
las que no son para ti,
las que no eran para nadie.
Guárdamelo una vez más,
hoy, que el dolor es compartido,
que siento tu abandono por fin como propio, que tengo pulso para escribirte
y no me siento tuya.
Hoy,
que me dedico la culpa
de no quererte siempre
pongo mi nombre como destinataria y remitente.
Voy a dedicarme todo lo que te mereces.
Frase de Alejandra Torrero
Imagen de Pixabay
martes, 24 de noviembre de 2020
Conjuro
Perpetrado el
martes, 24 de noviembre de 2020
Conjuro la vida como si fueran versos
rascando en la superficie de las cosas
teniéndome paciencia.
He dejado de inventar formas de morir
y, en cambio, construyo mosaicos,
aprendo a comer,
espero escondida tras la puerta
con el ojo puesto en la mirilla del estómago
observando reír a mis hijos.
La habitación ahora está en calma
célibe, a la espera.
Se van marchando todos los iconos
pronto no quedará nada
ni tan siquiera el eco de los gritos
o la furia o el vacío que desprenden las lágrimas.
Conjuro la vida como si fueran versos
y dejo los besos para cuando toquen,
por ahora prefiero asistir a mi propia epifanía
e ir devorando poco a poco
este tiempo que huele a principio de todo.
rascando en la superficie de las cosas
teniéndome paciencia.
He dejado de inventar formas de morir
y, en cambio, construyo mosaicos,
aprendo a comer,
espero escondida tras la puerta
con el ojo puesto en la mirilla del estómago
observando reír a mis hijos.
La habitación ahora está en calma
célibe, a la espera.
Se van marchando todos los iconos
pronto no quedará nada
ni tan siquiera el eco de los gritos
o la furia o el vacío que desprenden las lágrimas.
Conjuro la vida como si fueran versos
y dejo los besos para cuando toquen,
por ahora prefiero asistir a mi propia epifanía
e ir devorando poco a poco
este tiempo que huele a principio de todo.
Poema de Laura Frost
Imagen de Pixabay
viernes, 20 de noviembre de 2020
T e j i d o
Perpetrado el
viernes, 20 de noviembre de 2020
lunes, 16 de noviembre de 2020
La última carta
Perpetrado el
lunes, 16 de noviembre de 2020
Que difícil cosa es hacerte una carta.
Escribirte, amarrar palabras que pasan volando con otros rumbos, y atarles los pies con la promesa de dulces al final del camino.
Que difícil tratar de convencer a los renglones, esperar a que se descuiden y romperlos por la mitad ó en tres pedazos, en varios… ó en muchos, y retorcerlos, y jalarlos, y morderlos y meterles a fuerza palabra por palabra, hasta que digan lo que tienen que decir y no algo que se parezca.
Se que últimamente nada quieres de mí, ni mi olor que te llena, ni mis besos que te queman.
Sé que intentas fuertemente perder los recuerdos entre brumas de olvido.
Pero sigue el curso de la vida, y en cada vuelta de la espiral pasa tu rostro, y me miras.
Y te miro.
Y nos despedimos.
Y nos alejamos dando vueltas, y girando la cabeza para no dejar de mirarnos, de despedirnos.
Y sé también que no quieres que me vaya, que extrañas tu sonrisa, esa que tienes cada que me ves.
Sé que extrañas la inquietud de tus manos cuando te acercas a saludar, la forma de disimular el sudor que no cesa en su empeño por acusarte conmigo.
Pero no puedes, pero no puedo.
Y nos dejamos llevar por la vorágine de esta confusa vida.
Nos perdemos amor, nos dejamos y sabemos que esta pasando.
Ya ni siquiera estiramos los brazos, no vaya a ser que pierdan el último calor que les dejaste, que les dejamos.
El horror de mirar un futuro sin ti me abruma, me toma por los cabellos y me abofetea, y me grita, y dice que mire fijamente lo que pudo haber sido, lo que dejé ir, lo que dejamos ir.
Escribirte esta carta amor, es dejar de creer en el sol.
Es convencer a mi mano derecha que ya no la necesito, es sujetarla sin pedir ayuda para cortarla lentamente, dolorosamente.
Es saber que tú también quedaras sin tu mano, es saber que no tendrás con qué tocar mi rostro cuando muera.
Y que en mi funeral, tú, toda anciana y amorosa… y doliente, perderás la vergüenza y querrás abrazarme, y tocar mi rostro, pero no tendrás tu mano.
Entonces llorarás, y mirarás incrédula que yo tampoco tengo brazo, y comprenderás que tu mano es mi mano, que tu dolor es mi dolor, y volverás a casa a morir de tristeza.
Y luego, cuando mueras y llegues a donde van todos los muertos, verás que te estoy esperando y que en lugar de llevarte los tulipanes que te encantan, llevaré envuelto en papel de china, un hermoso y blanco brazo, que tiernamente estará tomando mi mano.
Y saldrá de entre el papel también tu sonrisa, y el brillo de tus ojos, y te lo pondrás como quien se maquilla, y el brillo, y tu sonrisa, y tu mano, se quedarán contigo para siempre, conmigo para siempre.
Y caminaremos olvidando todo lo vivido porque ya estaremos muertos, y no diremos más, ¡eres mi vida! Tendremos que decir ¡eres mi muerte!
Y luego, la eternidad.
Nos vemos…
Escribirte, amarrar palabras que pasan volando con otros rumbos, y atarles los pies con la promesa de dulces al final del camino.
Que difícil tratar de convencer a los renglones, esperar a que se descuiden y romperlos por la mitad ó en tres pedazos, en varios… ó en muchos, y retorcerlos, y jalarlos, y morderlos y meterles a fuerza palabra por palabra, hasta que digan lo que tienen que decir y no algo que se parezca.
Se que últimamente nada quieres de mí, ni mi olor que te llena, ni mis besos que te queman.
Sé que intentas fuertemente perder los recuerdos entre brumas de olvido.
Pero sigue el curso de la vida, y en cada vuelta de la espiral pasa tu rostro, y me miras.
Y te miro.
Y nos despedimos.
Y nos alejamos dando vueltas, y girando la cabeza para no dejar de mirarnos, de despedirnos.
Y sé también que no quieres que me vaya, que extrañas tu sonrisa, esa que tienes cada que me ves.
Sé que extrañas la inquietud de tus manos cuando te acercas a saludar, la forma de disimular el sudor que no cesa en su empeño por acusarte conmigo.
Pero no puedes, pero no puedo.
Y nos dejamos llevar por la vorágine de esta confusa vida.
Nos perdemos amor, nos dejamos y sabemos que esta pasando.
Ya ni siquiera estiramos los brazos, no vaya a ser que pierdan el último calor que les dejaste, que les dejamos.
El horror de mirar un futuro sin ti me abruma, me toma por los cabellos y me abofetea, y me grita, y dice que mire fijamente lo que pudo haber sido, lo que dejé ir, lo que dejamos ir.
Escribirte esta carta amor, es dejar de creer en el sol.
Es convencer a mi mano derecha que ya no la necesito, es sujetarla sin pedir ayuda para cortarla lentamente, dolorosamente.
Es saber que tú también quedaras sin tu mano, es saber que no tendrás con qué tocar mi rostro cuando muera.
Y que en mi funeral, tú, toda anciana y amorosa… y doliente, perderás la vergüenza y querrás abrazarme, y tocar mi rostro, pero no tendrás tu mano.
Entonces llorarás, y mirarás incrédula que yo tampoco tengo brazo, y comprenderás que tu mano es mi mano, que tu dolor es mi dolor, y volverás a casa a morir de tristeza.
Y luego, cuando mueras y llegues a donde van todos los muertos, verás que te estoy esperando y que en lugar de llevarte los tulipanes que te encantan, llevaré envuelto en papel de china, un hermoso y blanco brazo, que tiernamente estará tomando mi mano.
Y saldrá de entre el papel también tu sonrisa, y el brillo de tus ojos, y te lo pondrás como quien se maquilla, y el brillo, y tu sonrisa, y tu mano, se quedarán contigo para siempre, conmigo para siempre.
Y caminaremos olvidando todo lo vivido porque ya estaremos muertos, y no diremos más, ¡eres mi vida! Tendremos que decir ¡eres mi muerte!
Y luego, la eternidad.
Nos vemos…
Poema de Mario Treviño
Imagen de Pixabay
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