A continuación podéis ver una pequeña selección de varios de los estilos que maneja. Pero lo más sensato es que la sigáis tanto en Twitter como en Instagram si queréis cambiar un poco el mal concepto que se tiene de estas redes que tantos disgustos nos dan, pero que, a veces, nos ofrecen un sinfín de arte y humor a raudales.
viernes, 28 de abril de 2023
martes, 8 de noviembre de 2022
Arte, guerra y propaganda
[gallery ids="2796,2793,2795" type="rectangular"]
sábado, 8 de octubre de 2022
Neue Sachlichkeit

Guardar
domingo, 4 de septiembre de 2022
Surrealismo
[gallery ids="2754,2756,2757" type="rectangular"]
domingo, 26 de diciembre de 2021
La familia del anarquista
Los pintores que han obtenido, por brillante oposición, las plazas de pensionados en la Academia de España en Roma, son conocidos del público por sus cuadros presentados en las exposiciones nacionales: Eduardo Chicharro, Manuel Benedito y Fernando Alvarez Sotomayor
– La Ilustración Española y Americana. Madrid, 15 de octubre de 1899
Tenía el ejemplar entre sus manos y lo leía meticulosamente. Cómo lo había conseguido tener en su poder, tampoco venía muy a cuento ahora, tan sólo pensaba cuan codiciosa y, tal vez, retorcida, puede llegar a ser la mente del ser humano. Abrió el facsímil y observó su primera ilustración, un tal Chopin, que lejos estaba de ser el gran actor de cine mudo que triunfaba en América. Acarició el papel como si de oro se tratara y luego endureció su mirada, para acto seguido chuparse la punta de su dedo índice y pasar página. La fecha constaba en la cabecera. 15 de octubre de 1899. Eduardo había seguido otros caminos diferentes a su padre, pero el gusto por la pintura lo mantenía intacto. Incluso había probado a pintar, y no había recibido malas críticas. Tal vez su cercanía con aquella forma de Arte, su familiaridad con los pinceles y con la representación plástica, cuyo olor le traía su más lejana infancia, hacía que toda la sensibilidad que poseía se fuera a las letras. Se desparramara por cuartillas en blanco y tomara forma en garabatos gramaticales. Pero ahora, con el deseado documento en las manos, quiso recordar a su recién fallecido padre. Buscó con la mirada y encontró su nombre en la tercera página. Allí estaba Eduardo Chicharro. Sonrió. El nombre de su padre y el suyo propio, tantas veces confundido, y las que él no sabría se confundirían a lo largo de la Historia. Se acomodó en su sillón, suspiró y se sumergió de lleno en aquella pequeña reseña hacia el pintor. Hacia su padre. Mientras leía recordaba sus palabras y su voz, y cómo ganó su beca para Roma. Recordaba lo que le había contado sobre el cuadro que le hizo ganar.
Había escuchado la historia de Tomás Ascheri. De los maltratos que sufrió y de cómo lo detuvieron. Estos detalles lo habían impactado y comenzó a pensar en la familia y en todas esas personas que sufren tras el telón de inocencia. Tras el velo del desconcierto y la angustia. Entonces en su cabeza comenzó a formarse la imagen que estaba buscando. La escena perfecta que requería el tema propuesto. De los tres ganadores, era el único que había omitido la figura del anarquista preso. Su tema se centraba en la familia y el sufrimiento que recorre sus cuerpos cuando el reo acaba de ser llevado a prisión. Recordaba la desgarradora escena que había pintado su padre como si fuera el fotograma congelado de una película. Acaban de llevarse preso al anarquista y entonces todo se queda vacío. Los cuerpos se derrumban y crece el desconsuelo en los seres queridos que sufren y padecen una tortura prefijada. Un destino que no se puede cambiar. Hay veces que, en lo más profundo de tu alma, sabes qué va a ocurrir, aunque te niegas a esperarlo y cierras las puertas de aquello que es inevitable. Tal vez fue eso lo que sintió la mujer del preso, que caía derrotada ante el revés que le ofrecía un destino escrito y marcado a fuego. No escucha nada, pues el silencio embota su mente y carga de angustia su cabeza, aunque hay jaleo a su alrededor. En el mísero cuarto en el que se desarrolla la escena, la luz de un día más gris que claro, entra por un ventanuco como un rayo de esperanza. La esperanza. Ese granito minúsculo que a veces sobrevive en una montaña de arena inexpugnable. Ese único punto insignificante al que agarrarse cuando el mundo se ha desvanecido bajo tus pies. Esa posibilidad escondida entre los garabatos escritos por las Parcas. Nada tiene sentido. Opuesta a esa luz, otra más dubitativa. La luz mortecina de la lámpara. La luz titilante e insegura. La luz del dolor que alumbra su corazón. Ella no está sola, aunque parece que el mundo se ha ido con su marido, al que consideran reo. Dos intentan consolarla, quizás amigos de la familia, o tal vez militantes del mismo ideario que el preso. Aferrándose a la esperanza, o pidiendo a gritos ahogados en el interior de su alma la liberación, una chiquilla arroja su mirada a la claridad del día, mientras otra niña, carente aún de los problemas de los mayores, busca con su mirada una reacción en el rostro abatido de su madre. Ella la acoge con su brazo derecho, mientras que con el izquierdo intenta consolar a una anciana, que se desvanece en un ahogado llanto, taponando su rostro para que no llore más.
Pero ella... ella está sola. Se ha quedado sola, pues hasta su corazón se ha ido con él. Y lo que más le duele, en lo más profundo de sus entrañas, es no poder luchar con ese perro destino que está trazado con marcas de fuego. Y lo que más le duele, es no poder verlo más. Y no poder besarle más. Y no poder abrazarlo más. Y no poder susurrarle al oído que le quiere. Un día. Y otro. Y todos hasta la eternidad. No puede explicárselo. No puede entenderlo. Y mientras, el dolor estrangula hasta sus lágrimas. Es a ella a la que han encerrado. Es a ella a la que están torturando. Porque es su vida la que se han llevado. Es a ella a la que le han quitado la vida sin matarla.
Eduardo recordaba el cuadro de su padre a la perfección. De cómo aquel juego de luces y sombras, se completaba con los vivos colores. Ahí fue cuando más se notó su trabajo con Sorolla. Quizás el rey tuvo muy en cuenta esta obra cuando lo hizo su pintor de corte. Era normal que después no comulgara con aquella ideología anarquista, y que sus pasos políticos fueran por otros derroteros. Aunque tampoco antes la había profesado. Su biografía así lo constataba. Sin embargo, ese cuadro y su victoria en aquella oposición becada a Roma siempre había impactado a su hijo. Si bien es cierto que su padre no volvió a tratar temas políticos en su pintura, éste en concreto sí había causado una profunda huella en el escritor. El Anarquismo era noticia en España, y Eduardo sabía que la intención de la Academia no era otra que erradicarlo con escenas de dolor y tragedia. Tal vez así escarmentarían, creía que pensaban desde el organismo de pintura. Tres años seguidos, desde 1897, con el mismo tema para las becas de pensionados. Grandes pintores ilustres trataron la misma escena, desde Romero de Torres hasta Ramón Casas. ¿Y qué se había conseguido?, todo lo contrario. Al menos así lo pensaba él. Terminó de leer la referencia de su padre y volvió atrás en el documento. En la segunda hoja leyó algo al azar...
El conflicto del día es la solución que ha de darse a la huelga de una minoría de contribuyentes de Barcelona. No aprobamos el hecho, ni nos parece propio llamar resistencia pasiva a una confabulación evidente para trastornar el país con pretextos en apariencia sanos, pero que no se pueden admitir; porque si es potestativo en los contribuyentes pagar o no sus cuotas, según crean o no que se administra bien, no habrá recaudación. Lo que hay en el fondo de todo ello es una condenación del sistema representativo, y desprecio de las Cortes y de todos los poderes. Es la anarquía mansa, precursora de la tumultuosa que asomó la cabeza en Zaragoza y, si Dios no lo remedia, ensangrentará a España antes de mucho
– La Ilustración Española y Americana. Madrid, 15 de octubre de 1899
Cerró el facsímil y sólo se acordó de ella. De aquella mujer del cuadro. No sabía si la intención de la Academia fue saciada con la pintura de su padre, pero les habría tenido que gustar. Sonrió. Le gustaba que lo confundieran con su padre, pero ahora, en la soledad de su salón, recordándole cuando sabía que se había ido con Caronte, dijo su nombre. Nadie le escuchó. Sus palabras rebotaron en las paredes. Sonó solemne. Melancólico tal vez. Eduardo Chicharro Agüera.
Texto de Ramses Torres
Pintura de Eduardo Chicharro, 1899
sábado, 2 de octubre de 2021
2049
Nuestra ciudad es desoladora. Arrecia la lluvia ácida, de forma incesante, sobre aquellas pobres almas atrapadas en una torre de Babel atestada de luz eléctrica –como las ovejas–. Una luz azul. ¿Recuerdas el color del cielo? Tampoco yo. Vivimos en una jodida colmena, huecos horadados en ventanas oscuras y negras, que nos miran con ojos opacos. Avisperos furiosos de androides desilusionados y desencantados. Vivimos en la Metrópolis de Fritz Lang, en el cómic de Moebius. Lo sé porque lo he visto. Lo sé porque lo veo. Lo sé porque yo soy el ojo que vertebra el argumento subyacente. El ojo que atraviesa las fronteras y los límites metafísicos de una realidad resquebrajada, cruda. Una realidad abierta en canal hacia una dimensión espiritual.
miércoles, 5 de mayo de 2021
Escuela de París
jueves, 3 de septiembre de 2020
Realismo europeo

jueves, 9 de julio de 2020
Alex Garant

Sus obras han recorrido muchas galerías y museos, también han sido recogidas en revistas y en un mini documental sobre el artistas contemporáneos de Canadá y ha formado parte del jurado del prestigioso premio de artistas emergentes de Toronto (2016). Ha donado también uno de sus trabajos, el 100% de los beneficios, para la fundación internacional Bipolar que, sin ánimo de lucro, ayuda a la gente con necesidades de manera gratuita. También tiene series firmadas y limitadas (50 copias, 100... ) a la venta en diferentes plataformas (patreon, etsy, etc.), los originales, puzzles e incluso como panel de fondo de relojes de muñeca.
Si quieres ver más trabajos suyos: http://www.alexgarant.com
Pinturas: Alex Garant
sábado, 28 de marzo de 2020
Reclusión, sí, pero con arte

nuestros números 1 y 2 de la i Libro-Revista estarán disponibles TOTALMENTE GRATIS en Issuu. Pincha en las imágenes para ir a los enlaces:
martes, 25 de junio de 2019
Ser & Tiempo
viernes, 21 de junio de 2019
Bauhaus

Guardar
jueves, 16 de mayo de 2019
Productivismo

miércoles, 8 de mayo de 2019
Entrevista a Emma J. Bach
Más que una entrevista, esto es una especie de interrogatorio. No por violento o porque nuestra invitada tenga antecedentes (creemos que no), sino porque su timidez a veces obliga a sonsacarle información. Eso me recuerda a alguien…

La i Crítica – Antes que nada, espero que te estés portando bien. ¿Cómo llevas y cuánto te queda para terminar la carrera?
Emma J. Bach – La carrera está bien. Estoy en 2º , así que eso hacen... ¡dos años para acabar! Sin embargo, me gustaría seguir estudiando después. Si las circunstancias me lo permiten, preferiblemente en el extranjero.
LiC – Ya podemos empezar en serio. ¿Qué se rompió dentro de tu cabeza para plasmar todas esas ideas locas en tus obras?
EJB – Me atrae mucho la idea de un surrealismo “realista”. Algo que pueda hacer de la fantasía absurda o de los sueños extraños algo visible y palpable. Actualmente sólo soy una estudiante, por lo que creo que mi estilo personal no está muy definido todavía, y estoy explorando en su búsqueda. Uno de mis objetivos es utilizar tanto métodos académicos y tradicionales como otros más conceptuales y no convencionales, pero me queda un largo camino para aprender. También pueden influir en mis obras mis “objetos fetiche” del momento; no necesito una razón para plasmarlos, simplemente me gustan mucho estéticamente hablando.
Ahora mismo diría que son los farolillos de papel y las latas de refresco.
LiC – Sabemos que también tocas la batería en Metrayer, una banda local bastante burra. ¿Qué se rompió dentro de tu cabeza para querer aporrear tambores?
EJB – Mi pobre cabeza parece no estar muy bien... pero desde que era niña siempre me llamó la atención la batería. Eso y gracias a mi hermano mayor que también es músico, hizo que ganara interés en la música. Desde los 7 hasta los 10 años estuve aprendiendo piano, a los 11-12 probé la guitarra sin éxito... Y durante años, cada Navidad les pedía a mis padres una batería, medio de coña medio no, hasta que cuando tenía 13 años por fin me la regalaron. Le sigo sacando provecho hoy en día.
LiC – Dejemos de romper tu cabeza por un momento. ¿Cómo haces para compaginar estudios, tus propias obras ajenas a la facultad y el trabajo tras el kit con tu vida diaria de outsider?
EJB – Diciéndolo así, parece que hasta tengo una vida ocupada... Pero soy una estudiante de universidad. Poco fiestera, además. Cuando no estoy creando cosas en general, probablemente estoy durmiendo, jugando a videojuegos o leyendo. También me gusta aprender idiomas, ahora mismo estoy con japonés y en un futuro, algo de coreano y chino. Normalmente salgo para ir a clase y para ensayar con mi grupo. Otras veces también, para ver la luz del sol.
LiC – ¿Te has atrevido con alguna otra disciplina como la escultura o la talla?
EJB – El mundo del modelado me llama la atención hasta cierto punto... Pero la escultura en sí, no tanto. Soy demasiado simple como para crear formas y texturas únicamente, sin plasmar ninguna figura. Aunque tengo muchas ganas de probar grabado en 3º de carrera.
LiC – Dicen que el que es artista lo es para todo. ¿Cómo te llevas con la literatura? ¿Qué lees? ¿Qué escribes?
EJB – Me gusta la literatura. Echo mucho de menos estudiarla en el instituto. Me atrae sobre todo en inglés, de literatura española no estoy muy al tanto. Lo mismo me pasa a la hora de escribir. Leo mayormente novelas, pero casi siempre escribo poemas. Últimamente estoy muy enganchada a Haruki Murakami. Sé que llego tarde, pero Kafka en la orilla es definitivamente uno de mis libros favoritos. También me encantan Neil Gaiman, Terry Pratchett y Oscar Wilde. Respecto a la poesía, Shakespeare es increíble, obviamente. También me entusiasman Keats, Poe, Wilfred Owen, Alfred Tennyson, o si nos ponemos más contemporáneos, Savannah Brown. En algún futuro me encantaría publicar un poemario ilustrado por mí misma.
LiC – Tenemos un colaborador (Ramsés Torres, un crack) que escribe historias o relatos a partir de pinturas o esculturas. ¿Te gustaría que algún día alguien (por no enmarronarlo sin consultar) lo hiciera con alguna de tus obras?
EJB – ¡Claro! Sería muy emocionante leerlo. Siempre intento que mis obras den lugar a relatos que se pueda imaginar el espectador.
LiC – Veamos tu relación con Historia del Arte. Si pudieses viajar atrás en el tiempo ¿a qué pintor matarías por placer y a qué otro para tomar su lugar?
EJB – Matar... es un poco fuerte, ¿no? No se me ocurre un artista que me guste tan poco. Todo arte tiene su contexto y se puede apreciar dentro de éste. Pero me encantaría reemplazar a Vermeer. Me gusta muchísimo. Aunque no pinto como él ni en sueños.
LiC – Lo mismo pero con un baterista.
EJB – Aunque suene típico... mataría por placer a Lars Ulrich. No quiero ofender, pero lo siento. Me parece que con todos esos años de carrera debería ser mucho mejor baterista de lo que es. Reemplazaría a Gene Hoglan, aunque preferiría que me diera par de clases buenas antes.
LiC – No sé si has visto Big Eyes o si conoces la historia detrás de la peli. ¿Cómo reaccionarías si quisieran aprovecharse de tu talento?
EJB – No he visto la peli (me la apunto). Según la sinopsis, trata de una mujer artista cuyo marido se apropiaba su autoría y méritos. Esa era la realidad para las mujeres hasta hace poco, es muy chocante pensar que me pudiera ocurrir eso en aquel entonces, y por culpa de ello no tenemos constancia de muchas excepcionales a lo largo de la historia. A ningún artista le gusta que se apropien su obra, y siendo mujer, menos aún por un motivo sexista.
LiC – ¿Cómo te ves dentro de unos años? ¿Creando las portadas de tus propios discos? ¿Poniendo música a tus exposiciones de arte? ¿Diseñando parches personalizados? Patente en trámite.
EJB – Me intimida un poco el futuro, como a todo el mundo a mi edad, supongo. Solo sé que seguiré trabajando mucho y esforzándome en todos mis campos mientras veo qué cosas van dando fruto. De ahí iré tomando decisiones. Pero no me gustaría nada tener que elegir un solo camino que seguir; me gustaría explotar hasta cierto punto todas mis facetas creativas.
LiC – Sé ególatra. Recomiéndanos una de tus obras y déjanosla un rato para que la coloquemos en la revista.
EJB – La obra que más suele gustar a la gente es de Lavender, un autorretrato y estudio de mi propia anatomía.
LiC – La prueba final: despídete y dinos dónde y por qué admirar y/o adquirir tus obras.
EJB – ¡Muchas gracias por la entrevista! Ha sido un placer. Estoy activa en Facebook como Emma J. Bach y en Instagram como @emmajanebach. Se puede consultar sobre adquisición a través de estas páginas, por medio de un mensaje. Admirarlas o adquirirlas, eso lo dejo a juicio de cada uno.
martes, 11 de diciembre de 2018
Realismo Americano

jueves, 22 de noviembre de 2018
Muralismo
Concepto básico: Obras de grandes dimensiones, realizadas colectivamente en lugares públicos, que celebran la cultura mexicana y sus raíces precolombianas.
Ejemplo: David Alfaro Siqueiros, La nueva democracia.
sábado, 20 de octubre de 2018
La i Revista nº4
El arte de Cynthia Uceda (Cynthia Veneno), Sandra Márquez (Sunna), Saray Pavón, A. Moreno, Eduardo Chicharro, Edvard Munch, @juncalroig y Fernando Vicente. Hay hasta pasatiempos.
viernes, 25 de mayo de 2018
Pintura metafísica
miércoles, 11 de abril de 2018
De Stijl

jueves, 29 de marzo de 2018
La i Revista nº3
Como sabéis 110 páginas a todo color y un precio de risa (4€). Tras la portada de Pedro An. encontraréis literatura, música, arte visual de todo tipo, cine, y un salteado con muchos ingredientes interesantes (En el lateral de la página podéis ver las presentaciones que haremos :)).
El arte de Pedro An., Eloy Falcón, Saray Pavón, Mayte Nekez, Dream out Loud, Ayami Kojima, Richard Dadd, Vincent Van Gogh, Kees van Dongen y José Luis Pavón Boza. Hay hasta pasatiempos.
-Y disponible en versión PDF. Han salido: Nº1, Nº2, Nº3, Nº4, Nº5, Nº6, Nº7 (próximamente)