19/03/2021
El placer de la seguridad. Yago ha visto un hueco entre la frondosidad de la vegetación y allí ha ido. A sentir la protección del refugio. Es un lugar que utilizan grupos de adolescentes para reunirse. Fuera de miradas. Haciendo del sitio un lugar íntimo donde compartir y disfrutar. Con la inconsciencia también de no cuidarlo y dejarlo lleno de basura. Necesitamos un espacio así, seguro, alejado de miradas, compartido sólo con quienes queremos. Podemos tenerlo en casa, pero a veces ni siquiera ahí encontramos ese lugar alejado del ruido, de la invasión, del tiempo. Y vamos replegándonos hacia dentro. Porque ahí sí que estamos confortables. Nadie nos ve. Estamos a salvo. Nuestra mente se convierte en nuestro refugio. Y a veces, también lo llenamos de basura, transformándolo en un lugar incómodo del que queremos huir. Cuida tu espacio, mantenlo limpio. Es la garantía para tu salud.
Texto e imagen de Maite Márquez Martín
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