Un alto en el camino. Descansar a la sombra después de una larga caminata. Saber cuándo hemos de parar. Estar en contacto con lo que necesitamos. Es la mejor forma de mejorar nuestro bienestar. Parece simple. Sin embargo, en no pocas ocasiones hay una desconexión con nuestro cuerpo, con nuestras emociones. Y no percibimos nuestra necesidad hasta que desfallecemos. Acostúmbrate a hacer una revisión de tu cuerpo. Qué le pasa, qué necesita. ¿Y tus emociones? ¿Como te sientes? No respondas bien o mal. Elige un adjetivo para expresarlo y te ayudará a concretarlo.
Texto e imagen de Maite Márquez Martín
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