Dicho así suena como un sueño. Conception en Madrid. Como cuando pides algo que esperas con mucha ilusión por Navidad. Como cuando pasa una estrella fugaz y aprietas los ojos muy fuerte y cruzas los dedos mientras formulas tu deseo (aunque yo pedí que fuera en Sevilla). Eso es lo que, al fin, se materializó el pasado viernes 28 de abril en la sala Shôko de Madrid. Tal vez el mundo no estaba preparado para esta banda allá por los noventa. Y por estas latitudes, mucho menos. Pero volvieron y parece que su mensaje es prácticamente lo opuesto: ¡que se prepare el mundo!. De todas formas, el escaso reconocimiento general siempre ha ido de la mano del amor incondicional de aquellos que los conocemos desde sus años en activo. Junto a quienes los acaban de conocer a través de su reunión, estábamos deseando verlos (de nuevo) en vivo . Tras su primer y malogrado paso por España allá por junio de 2019 (Festival Rock The Coast) prometieron que volverían y aquí estamos, cuatro años y una pandemia mundial después, hablando sobre ellos, acerca de un concierto entero, sin cortes, sin mascarillas y sin apenas problemas de sonido.
En honor a la verdad fuimos bastante egoístas en casi todo momento y no llegó a importarnos casi nada más allá de nuestro propio beneficio. Queríamos verlos de cerca, a ser posible en primera fila. Así que no nos importó que, al llegar, hubiese tan poca gente haciendo cola. Primer motivo de sonrisa de idiota en la cara. Para más alegría, le hacíamos hueco al gran Van Halien de Alien Rockin' Explosion, con quien compartiríamos la vivencia y unas cervezas (y un Bitter Kas WTF!) postbolo. Aquí podéis leer no una, sino dos entrevistas que les hicimos a estos queridos y queribles aliens: 1ª y 2ª
Casi puntualmente, se abrieron las puertas, nos colocamos en segunda fila y esperamos ansiosos el comienzo, con temazos sonando de fondo y la sonrisa, imperturbable, cruzándonos la cara.
El fade out de la música ambiental (los nervios ya no me dejaron recordar de cuál se trataba) dio paso a la introducción Re: Conception, tema instrumental que abría aquel esperado EP y que significó su renacimiento en 2018: My dark Symphony. Y tal como sucedía en el disco, enlazaron con Grand again. Hubo que pegar bien la oreja porque la voz de Roy sonaba muy tapada por la música pero aun así, ¡qué comienzo! Uno de los mejores temas de su reciente regreso. Sin apenas darnos un respiro y, concediéndome un deseo que venía pidiendo desde que salimos de Sevilla, sonaron los primeros acordes de A virtual lovestory. Ya podía morir tranquilo. Pero, como dije al principio, fuimos egoístas y no me iba a conformar con tan poco. Con un continuo contacto con el público y una leve mejora en el volumen de las voces, nos entregaron un pack de tres temas (tal como se ordenan en el trabajo de estudio): Waywardly broken, No rewind y The mansion, pertenecientes a State of deception, primer larga duración en 23 años. Todos estaban en estado de gracia. Muertos de calor pero felices y disfrutando de otro tipo de calor, el del público, a pesar de que la sala no estaba llena. El trabajo de los músicos de gira (Lars Kvistum a los teclados y Aurora Amalie Heimdal, a los coros) fue impecable y se notaba el buen rollo y la complicidad con la banda, algo que se aprecia en el resultado global.
El fan incondicional estaba contento pero al nostálgico que llevo dentro le brillaron los ojos cuando, antes de volver a lo nuevo con Quite alright, se marcaron un maravilloso A million gods.
Y, tras esto, dieron paso al miniset acústico y a uno de los momentos más surrealistas, locos e inolvidables que haya vivido en un concierto (y he presenciado muchos). Sacaron las sillas, la caja para Arve, prepararon la guitarra y el bajo acústicos para Tore e Ingmar y comenzaron a trastear con los instrumentos. Tore demostró su amor por la guitarra clásica y española y se marcó un pequeño solo al grito de "¡Vamos, Paco!" de nuestro querido Van Halien que hizo partirse de risa a la sala y al mismo Roy, incitando al guitarrista a adoptar, entre risas, una postura de tocaor flamenco. Pero esto quedaría en anécdota simpática por lo que vendría después. Tras interpretar el clásico Silent crying con ayuda del público, Tore anunció la visita al escenario de un amigo íntimo de mucho tiempo, aprovechando su paso por Madrid. Nadie, absolutamente nadie daba crédito cuando invitó a acompañarles en el siguiente tema nada más y nada menos que a Nacho García Vega. Un músico imprescindible para entender los ochenta en España y la histórica Movida, pero tan parecido al estilo de Conception como un huevo a una castaña. Juntos nos sorprendieron con la interpretación de Sundance, una suerte de rumba con ramalazos latinos de su discazo In your multitude en el que el fundador de Nacha Pop disfrutó haciendo los coros. Un recuerdo que se me antoja imborrable para todos los implicados.
Una vez pasada esta tormenta de emociones y elementos para engordar el anecdotario, prosiguieron intercalando clásicos indispensables como Gethsemane con maravillas melódicas recientes como Feather moves. El tramo final fue, en mi opinión un altibajo un tanto extraño. Al menos para mí, que incluyeran My dark symphony a estas alturas del show hizo que bajase la intensidad, y más teniendo en cuenta que venían de tocar Reach out para nuestra grata sorpresa y She dragoon, uno de los temas de la nueva hornada con más sabor a Conception. Un pequeño detalle que, aunque me chocase, no empañó para nada el resto de la impecable actuación. Además, cómo iba a poder afectarme ese pequeño frenazo cuando terminaron por todo lo alto haciéndome dar botes de alegría y fervor metalero con Roll the fire. Destacamos ese último "blind by the light of day" en el que nos dejamos la voz (sobre todo Van Halien).En definitiva, un hermoso reencuentro con buena gente y con una banda querida y admirada aunque sea sólo por los fans (de la vieja y de la nueva escuela, que eso es lo más bonito). Nos mereció cada kilómetro que hicimos (de un tirón) y cada sándwich asqueroso que nos comimos. Todo sacrificio fue poco para vivir una noche mágica que llevábamos esperando desde 2020. Tal vez lo más doloroso (sobre todo para Saray) fue haber dejado tanto tiempo solos a los gatetes. Igual hay que empezar a ponerles la discografía de esta banda fundamental y, para el próximo, nos los llevamos.
Para los profanos y los que quieran empezar a desarrollar un mejor gusto musical, Conception son:
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