Cada vez que alguno de los personajes abre la boca en esta película es una jodida maravilla. Y me encanta el terror y el gore que se desata en la segunda mitad. Pero lo que más me fascina es cómo nos conduce mediante la tensión y el carisma de los protagonistas por una road movie con psicópata incluido hasta el festival de sangre y locura que estalla en un momento dado. Podría haber elegido cualquier otro momento. Como la escena introductoria, por ejemplo. Pocos comienzos de peli son tan contundentes y presentan tan bien a unos personajes con tan poco. Pero me quedo con esta conversación entre Jacob (Harvey Keitel) y Seth (George Clooney) porque es el cénit de ese tira y afloja que mantienen durante todo el trayecto hasta llegar a La Teta Enroscada. El reverendo trata de proteger a su familia a toda costa aun con el peligro que entraña su interlocutor (y sobre todo su hermano Richard, interpretado por Quentin Tarantino). Y lo hace mediante la palabra y una mezcla entre valor y temeridad fruto del desprecio absuluto que tiene por su propia vida. Corre el riesgo, pero también sabe que tiene razón. Y Seth se da cuenta... a medias. Ya sabemos que, a pesar de todo, tiene su corazoncito. Puede que sea un cabrón, pero no es un puto cabrón.
Momentos de cine III
-Vamos a ver. ¿Eres tan perdedor, que no te enteras cuando has ganado?
-¿Cómo me has llamado?
-Nada. No lo he afirmado. Te he hecho una pregunta. ¿Quieres que te la repita?
-Uhumm...
-¿Tan perdedor eres, que no te enteras cuando ganas?
-...
Extracto de otro de tantos maravillosos guiones de Tarantino
Imágenes propiedad de Miramax
Texto breve de Antonio Moreno
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