Mucho ojo, esto es bajada de glucosa y muerte
nunca más de una, jamás mezclar con nada
nos había prevenido el traficante.
Mirábamos y mirábamos las rosas hipnotizados, ya sin verlas
y Telma entro por la puerta y las vio, y dijo:
Ni se os ocurra: El telele, el horror.
Una sacudida muy desagradable y muy prolongada, y a esperar a que pase.
Sosteníamos las rosas en nuestras manos,
las desgastábamos con nuestra curiosidad.
Mantener a raya nuestra voracidad no era fácil y se notaba.
Se acabó, dijo Telma al fin arrebatándonoslas, dirigiéndose al baño.
Contemplamos cómo las rosas se ahogaban en el retrete
sin prestarles auxilio. Alguien sacó de su bolsillo bad boys
y blue stars y nos las zampamos como niños obedientes
pero el colocón fue decepcionante y rutinario.
Habíamos trabajado toda la semana como animales.
Ahora sólo queríamos pasarlo muy bien o muy mal
y tampoco pudimos.
Poema de Sergi Puertas
Imagen de Pixabay
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