Un pequeño grupo se reúne a degustar las últimas creaciones culinarias de un espacio que, a pasos gigantes, ha ganado la etiqueta de #LaMejorBurgerDeAndalucía2022. La boca se hace agua. Las ganas crecen. Con la ilusión y cámara en mano nos adentramos en #ElTemploDeLaBurger, situado en Los Bermejales de Sevilla, pero... empecemos por un viernes 13 de septiembre del 2019.
La memoria me falla para según qué cosas. Como por ejemplo para recordar quién me recomendó una peli o un sitio para comer. Alguien, y de ahí mi dudosa facultad para recordar, creo que mi amigo-casi-hermano, me dijo un día: "illo, tenemos que ir a un sitio de burgers que me han dicho que están to buenas y además sin gluten y sin lactosa". Si mal no recuerdo, fuimos de avanzadilla sin él y más tarde le confirmamos lo que los rumores iban propagando. No puedo estar seguro de si la recomendación fue así, pero sí de que, cuando fuimos al restaurante por primera vez, estábamos frente a la mejor burger que mi paladar podía recordar. Y, por suerte, la memoria de mi paladar es fotográfica.
Aquel lugar se convirtió en el santuario que nuestras mentes cansadas buscaban cada cierto tiempo para desconectar y sumergirnos en un mundo de sabores como nunca antes habíamos experimentado. Nuestro boca-oreja se fue extendiendo al mismo tiempo que el del resto de comensales desconocidos que, de forma más o menos asidua, se dejaban caer por el modesto local. Incluyendo amigos y conocidos veganos, pues en su carta siempre han tenido esa opción, además del pan sin gluten y el queso sin lactosa, como ya indiqué arriba. Y así nos fuimos enterando de las novedades (la burger del mes, recetas nuevas, @elpandeangelpuchi, el queso payoyo de @quesospajarete,...), el salto a un nuevo local más grande y atrevido (con los grafitazos de @decoramolotuyo) con su consiguiente aumento de plantilla (pero manteniendo a los camareros cracks como @Vanngelis), más novedades en la carta incluso la apertura de un segundo local, en Bormujos, con otro concepto (orientado al take away y sin reserva) y carta más limitada.
En definitiva, un progreso acorde con el esfuerzo, la dedicación y las ganas de hacer disfrutar a los demás. Prácticamente los hemos visto crecer a un ritmo espectacular, siempre hacia arriba, pero con los pies en el suelo, conscientes de que hay que seguir trabajando siendo humildes. Un progreso que me ha hecho evolucionar: de pedir las salsas aparte y la carne bien hecha a amoldarme al modo que han creado para cada hamburguesa. Porque si Juan decide darle más o menos punto a la carne es por algo, ya que antes de sacarlas han ido probando hasta encontrar la tecla.
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