Si te gusta devorar libros llega un punto en el que las estanterías se quedan pequeñas y tu casa parece menguar empapelada de ellas, quitarles el polvo te toma mucho tiempo y las mudanzas son más pesadas y lentas. En estos casos, o cuando tu casa tiene forma de equipaje de mano, una biblioteca digital puede ser la solución.
Cualquiera puede crearse la suya, ya sea comprando los pdf o epubs, escaneando sus libros (demasiado laborioso diría yo) o abasteciéndose de esos cultivos culturales (webs, blogs y revistas) que se encuentran de vez en cuando por la red.
En esta ocasión voy a hablar del tercer caso: la biblioteca digital hispánica, que pone a nuestro alcance libros de arte en general, grabados, carteles, historia de la ciencia, etc. Te permite leerlos online y tienes la opción de comprarlos si eres de los que no tienen remedio y se dejan llevar por la nostalgia del papel. Como uno de sus patrocinadores abastece a muchas ciudades se intuye que nutre al cedro en caso de tratarse de escritos más contemporáneos, aunque creo que se aprovechan de esas obras que ya no se aferran al copyright.
Yo hace tiempo que empecé a hacer mi maleta más pequeña: regalé libros e ilustraciones cuando vendía una de mis obras y ahora se podría decir que dispongo de los manuales justos ¿Cuál ha sido tu solución ante este "síndrome de Diógenes" cultural?
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