-Es crucial que usted permanezca con los ojos cerrados, y le aseguro que aquí, frente a nosotros dos va a aparecer Van Gogh. Le digo que tiene que cerrar los ojos, pues mientras sus párpados se cierran se abren las puertas del purgatorio. Entonces el pintor entrará en esta habitación, con su ropón de siglo pasado y la oreja cortada. Vendrá indefinido, mudo, luciente y algo borroso; un fantasma así como el de la película de “
Ghost”. No abra los ojos hasta que yo lo diga. Atento que ya está aquí. Traiga su mano porque usted va a meter el dedo en el agujero de bala del tiro que el pintor se pegó en el pecho. No abra los ojos, ahora Vincent Van Gogh le sonríe. Traiga su mano. Notará la carnosidad de la fatal herida.
Pero no pude contenerme y abrí los ojos: El chamán tenía en la mano un limón con un agujero donde yo iba a meter el dedo. Me miró decepcionado y dijo:
-Usted se ha precipitado y ahora su pintor favorito se ha transfigurado en un cítrico.
Texto e ilustración Garven
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