En tu lugar, yo arranco la radio de su sitio y la arrojo al centro mismo de una quema ilegal de rastrojos.
Los más avispados lo habrán reconocido. Para abrir esta sección he elegido el que quizá sea estandarte de esta nebulosa de melodías pastosas, que no malas (del todo), de esas que se pegan a la suela del zapato. Has acertado: The Final Countdown, Europe.
Aquel disco homónimo, pelotazo cósmico donde los haya, hizo rockero a medio mundo, revistió puertas y paredes con el careto de Joey Tempest, y puso la simpleza y la banalidad al alcance de todos. Europe fue olvidado. Joey Tempest bajó de las paredes y las puertas, la gente guardó las chaquetas de cuero y la discografía de los suecos se fue llorando a los oídos de los verdaderos amantes del rock. ¡Pero…! La canción persistió. Y hasta hoy.
Seamos sinceros. Este tipo de éxitos, pues bien, habrán llenado los bolsillos de forma casi insultante a los responsables. Pero decidme la verdad, devolvedme la sinceridad. ¿Creéis que, por ejemplo, a Brad Pitt le gustaría que se le recordase para la posteridad por su papel en Thelma y Louise? A mí me gusta recordarlo como el jodido Tyler Durden en El Club de la Lucha. Por eso no temáis. De forma desinteresada ofrezco alternativas.No hace falta salir de aquel trabajo de 1986. Ahí mismo podemos encontrar clásicos mucho más poderosos y de calidad más que superior. Por ejemplo Rock the Night, esa maravillosa declaración de principios. Pero no. Salto un par de años hacia adelante y propongo un tema con presencia de las guitarras, cosa de la que la ARCHICONOCIDA y CANSINA carece por completo. Espero que disfrutéis y que no me hagáis caso con lo de arrancar la radio.
Texto y dibujo (técnica mixta) de A. Moreno
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